Empresas europeas acusan de ‘dumping’ al gigante asiático
Bruselas, Bélgica, 30 de septiembre del 2012.- La preocupación de la industria fotovoltaica
europea por los efectos de un presunto dumping chino ha desembocado en la
apertura de una investigación por parte de la Comisión Europea al constatar que
hay evidencias sólidas que podrían corroborar las acusaciones de la
organización UE Pro Sun, aglutinadora de una veintena de empresas afectadas de
la Unión.
Los datos que maneja el
Ejecutivo comunitario demostrarían prácticas desleales de las principales
compañías chinas al exportar artículos al mercado europeo por debajo del coste
de producción. Esta práctica comercial, prohibida por la legislación europea y
la Organización Mundial del Comercio (OMC), podría ser la causante de la
exorbitante disminución de cuota de mercado de las empresas fotovoltaicas
europeas en la Unión y la responsable del cierre o de la venta de muchas de
ellas a inversores chinos. “El daño que está provocando a la industria es
tremendo. El 80% del mercado fotovoltaico europeo es de China”, afirma una
fuente española de UE Pro Sun. “No es una casualidad si contemplamos las
prácticas de subvención a la exportación que contempla el Gobierno chino en su
Plan Quinquenal. No pretenden competir en igualdad de condiciones, sino
destrozar nuestra industria y monopolizar el mercado”.
Lo cierto es que, desde
2010, un total de 28 empresas europeas se han declarado insolventes, 4 han sido
adquiridas por inversores chinos y 11 han tenido que reducir la producción o
abandonar el sector. La Unión Europea reconoce que es la mayor denuncia de
dumping que han recibido hasta el momento, teniendo en cuenta que, el año
pasado, China exportó placas solares y otros componentes por valor de 21.000
millones de euros. “Existe un vínculo proporcional entre esa cifra y las
pérdidas que ha sufrido la industria europea. Las investigaciones están en
marcha y debemos analizar toda la información que nos presten las partes en
conflicto antes de decidir si se imponen o no medidas”, advierte el portavoz de
comercio de la Comisión, John Clancy. En referencia a las pruebas presentadas
por el grupo de empresas anónimas de UE Pro Sun, Clancy sostiene: “Hay puntos
que no tienen sentido. ¿Cómo pueden producir por diez y vender por cinco?
Debemos clarificar muchas cosas”.
Sobre la imposición de
medidas antidumping, la Comisión puede aplicarlas si se demuestra que existen
prácticas desleales que perjudican a la industria fotovoltaica europea. No
obstante, y según reza el reglamento, “se examinará si las medidas podrían ser
al final más costosas para la economía de la Unión que beneficiosas para los
denunciantes”. Ante la posibilidad de que estas prácticas no sean sancionadas,
el presidente de UE Pro Sun, el alemán Milan Nitzschke, asegura que no le
preocupa. “Creemos que la industria es fundamental para la Unión, y las
autoridades europeas sabrán valorarlo a la hora de imponer sanciones si fuese
necesario”, señala. “No queremos hacer daño, sino que las reglas sean iguales
para todos”. Pese a la tranquilidad que quieren transmitir, una fuente de la
organización declara: “El Gobierno chino está amenazando a la Unión Europea. Es
una situación inaceptable”. La fuente constata el miedo de algunas empresas a
apoyar las denuncias por la coacción comercial a la que se ven sometidas. “Algunas
sobreviven porque compran componentes chinos muy baratos que son subvencionados
por su Gobierno. Si dejasen de suministrarles el material tendrían que cerrar”.
La UE está en una
situación delicada, dada su dependencia económica del inversor chino. Europa
necesita mantener buenas relaciones con el gigante asiático para no dañar más
sus economías y evitar bloqueos a las exportaciones a China en otros sectores.
Fuentes españolas hablan
de amenazas chinas para evitar sanciones
El peligro que entraña el
dumping para las compañías fotovoltaicas europeas es muy grande. Actualmente,
los costes laborales de producción en Europa se sitúan en el 10% del total del
producto, gracias a la alta tecnología. En China, las compañías registran esta
misma cifra, pese a no contar con un desarrollo tecnológico tan alto, tal y
como reconocen en su 12º Plan Quinquenal. Si a esa cifra de coste se le añade
el transporte de la exportación a la UE, los precios de venta de los productos
en el mercado europeo deberían ser mucho más altos. Nitzschke defiende que la
explicación a estas contradicciones es que el Gobierno chino —a través de
bancos de financiación— está sufragando gran parte de los costes para su
exportación. Compitiendo en desventaja, la industria europea se vería obligada
a abandonar el sector y sufrir el monopolio chino en la UE. Desde su
organización, algunas fuentes sostienen que la UE está trabajando sobre este
tema: “Están muy preocupados. Si son capaces de destruir una industria con unos
costes laborales tan bajos, ¿qué no harán con otras industrias europeas?”, se
preguntan. Desde la Comisión no quieren hacer comentarios al respecto y se
limitan a señalar que están en contacto con el Gobierno chino: “Están
colaborando. Es beneficioso para ellos. Si no lo hiciesen sería un signo que se
podría interpretar mal”.
Desde la industria
fotovoltaica china llegan reacciones a las acusaciones de dumping: “Nuestros
productos no incurren en prácticas anticompetitivas, ni están subvencionados”,
aclaran desde Trina Solar, la cuarta empresa del sector que más factura en el
mundo. Suntech, la líder mundial, no confirma que esté siendo investigada, pero
aseguran que colaborarán con la Comisión para demostrar que las acusaciones son
infundadas.
Se demuestre o no que
existe dumping, las dudas sobre la financiación estatal a esta industria en el
país asiático siguen siendo razonables. En el 12º Plan Quinquenal, el Gobierno
chino reconoce la existencia de subsidios a este sector, pero argumenta que lo
hacen para “potenciar el mercado interno”, pese a que el 90% de lo que producen
las empresas fotovoltaicas de su país se exporta.
La Comisión Europea
deberá despejar estas dudas en los próximos 15 meses.
Fuente: El País