Barlovento
Por Raúl Hernández Rivera
A 20 años del “error de
diciembre”, los mexicanos vivimos el “horror económico”. Un ejemplo: las
consecuencias de que nuestro país sea una de las economías más abiertas del
mundo con once Tratados de Libre Comercio (TLCs) con 44 países desde 1994, pero
en el contexto de un desconocimiento ancestral sobre comercio exterior tanto a
nivel gubernamental como privado, errático lector.
Ese desconocimiento
da como resultado que tengamos una peligrosa dependencia alimentaria con EU y
Canadá de 79% y dependencia económica y comercial con EU de 80%, entre otras
graves consecuencias. Todo ello porque México adolece la falta de un sistema de
comercialización que beneficie al productor y consumidor mexicano, a pesar de
que los diferentes gobiernos desde Miguel De la Madrid optaron por el libre
comercio, al ingresar al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT
para los cuates) el 24 de agosto de 1986, dependiente lector.
Para empezar, el
artículo 1 de la Ley de Comercio Exterior que promulgó Carlos Salinas de
Gortari, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 27 de julio del
1993, no se cumple, ni se ha cumplido (y como dijo Don Teofilito, ni se
cumplirá). Cheque usted: Artículo 1o.- La presente Ley tiene por objeto regular y promover el comercio
exterior, incrementar la competitividad de la economía nacional, propiciar el
uso eficiente de los recursos productivos del país, integrar adecuadamente la
economía mexicana con la internacional, defender la planta productiva de
prácticas desleales del comercio internacional y contribuir a la elevación del
bienestar de la población. Sobre todo en lo que respecta a “contribuir a la
elevación del bienestar de la población”, promulgado lector.
Pero déjeme contarle que si bien
no existe una nación completamente autosuficiente, en el caso de México esa
dependencia inicia desde antes del movimiento de independencia de 1810, a pesar
de que nuestro país es basto en recursos naturales amén de que goza de una
posición geoestratégica incomparable y ser uno de los 20 países en el mundo que
cuenta con salidas a los dos océanos más importantes del planeta, paradójico lector.
Con decirle que la ignorancia
supina en materia de comercio exterior por parte de nuestros gobernantes hace
que desperdiciemos todas esas ventajas comparativas en forma inmisericorde y
los beneficiados sean los capitales externos… y como prueba un botón: la
Cláusula V del GATT, tratado que el gobierno de De la Madrid y que el Senado
mexicano aprobó en julio 1986, es similar al tristemente célebre tratado
McLane-Ocampo que el gobierno de Benito Juárez firmó con los Estados Unidos en
Veracruz el 14 de diciembre de 1859, pero con tres “pequeñas” diferencias, diferente lector.
Es decir, mientras que en el
Tratado McLane Ocapo firmado México permitiría a perpetuidad el libre tránsito
en el Istmo de Tehuantepec, desde el puerto del mismo nombre (hoy Salina Cruz),
Oaxaca, hasta Coatzacoalcos, Veracruz en el Golfo de México, así como el paso
libre desde el puerto de Guaymas, Sonora hasta el Rancho de Nogales y de
Matamoros, Tamaulipas hasta el puerto de Mazatlán en el Golfo de California, de
mercancías y personas con origen o destino del territorio de los Estados Unidos,
la Cláusula V del GATT permite el libre tránsito de mercancías, personas y
servicios (primera diferencia), en todo el territorio nacional (segunda
diferencia) a todos los 110 países integrantes del GATT (tercera diferencia), transitorio lector.
Pero si usted me dice que el GATT
desapareció en 1993, yo le diré que al final de la Ronda Uruguay iniciada en
1986 se forma el Acuerdo por el que establece la Organización Mundial de
Comercio (OMC) establecida en 1995 y que en la actualidad, tras la adhesión de
Yemen el pasado 26 de junio del 2014, se agrupan 300 naciones miembros. Esto
significa que pasando la aduana mexicana, cualquier contenedor de naviera
extranjera con mercancía de origen o destino de esos 300 países, tiene total y
completo libre tránsito por el territorio nacional a perpetuidad, pero no así
un grupo de trabajadores mexicanos que se manifiesten en reclamo de sus
derechos, discriminado lector.
Así, en medio de una corrupción
in crescendo, se invierte en transportes y comunicaciones (la columna vertebral
de la economía) con dinero que pagamos los mexicanos con nuestros impuestos bajo
una visión onerosa y ostentosa como las fastuosas ampliaciones en los puertos
marítimos (cuya mayoría se encuentra ahorcado por el desarrollo urbano), concesionados
por más de cincuenta años al capital privado principalmente extranjero; la
marina mercante mexicana es casi inexistente, por lo que anualmente se paga más
de 30 mmdd a navieras extranjeras nada más por fletes del petróleo que México
exporta; no se invierte en el ferrocarril (transporte terrestre de mercancías y
personas más barato), sin embargo se proyecta un costosísimo tren rápido, tan
inútil como inviable, cuya malograda licitación dejó ver que se favorece los
amigos del presidente y fortísimos capitalistas chinos; eso sin contar con el
nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, proyectado en terrenos que registran
hundimientos de 2.5 centímetros al mes y que aprovecharán las aerolíneas
extranjeras, incongruente lector.
Hay que apuntar que la corrupción
aparece en México en la época colonial con el divorcio entre las leyes y la
vida cotidiana. Herencia que prevalece después de la Independencia hasta
nuestros días. Pareciera que todos los presidentes que ha tenido México hasta
la fecha han seguido el ejemplo de Porfirio Díaz, quien cuando un gobernador se
quejaba porque la campaña electoral le había salido más cara que la
remuneración del cargo, el presidente le aconsejaba: “No sea tonto compadre:
haga obra”, incorruptible lector.
Recordará usted, por ejemplo, que
los excesos de Carlos Salinas de Gortari, dejaron en el país peligrosamente una
enorme deuda externa en manos de miles de inversionistas anónimos que cobraban
intereses a través de fondos de inversión. El “innombrable” anunció en su
campaña por la presidencia que habría cambios estructurales, sobre todo en
comunicaciones y transportes y los expertos avizoraban que Salinas vendería
puertos, ferrocarriles, carreteras, aeropuertos, telecomunicaciones buscando la
menor participación del gobierno en la economía. Al parecer no vendió nada:
todo lo compró, innombrable lector.
Luego, los asesinatos del
cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, José Francisco Ruiz Massieu y Luis Donaldo
Colosio cambiaron súbitamente el rumbo del país y los inversionistas que
buscaban seguridad sin riesgo político, iniciaron una fuga de capitales que
redujo las reservas por debajo de los 6 mil millones de dólares mientras entraba
en vigor el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) el 1 de
enero de 1994; el precio del dólar se incrementó 114% de diciembre de 1994 a
marzo de 1995 (de 3.40 a 8.79 pesos por dólar), las tasas de interés se
dispararon del 20% a finales de diciembre de 1994 a 109% en marzo de 1995, quebraron
más de 7 mil empresas, el mercado interno se contrajo, el desempleo ascendió a
3.7% en 1994 y 6.2% en 1995, la cartera vencida del capital total de los bancos
llega a 93.8% y Ernesto Zedillo sale al rescate de la élite empresarial y todos
los que habían financiado su campaña por la presidencia con información
privilegiada para que pasaran al fondo de rescate bancario (más conocido en el
bajo mundo como FOBAPROA), aún aquellos que tenían préstamos irregulares y auto
préstamos con lo que se salva al sistema bancario y de paso se tapa una enorme
cadena de delitos, encadenado lector.
Hoy con los cambios estructurales
es diferente, me dirá usted, pero… En su libro “El horror económico”, Viviane
Forrester dice: “descubrimos que hay algo peor que la explotación del
hombre: la ausencia de explotación (…) que cada uno de los seres humanos
tiemble ante la perspectiva de no seguir siendo explotable”. Hace días leo:
“Lava el crimen organizado 29 mil mdd en
México”: Kemeth Blanco Sub procurador general de EU; “La práctica de la tortura en México es generalizada tras arrestos y la
mayor parte de los casos están impunes”: Juan Méndez, Relator de la ONU; “antes se secuestraba a los ricos, ahora
también al tipo que vende verduras o bebidas en la calle. Los gobiernos ya no
son parte de la corrupción, el Estado es la corrupción”: Alejandro González
Iñárritu; “México ha pasado de la
descomposición social a la vorágine total”: Guillermo del Toro, entorilado lector.
Otra: En busca de empleo y
licenciada en administración de empresas con 20 años de experiencia en ventas, Ana
acude a la agencia de automotriz “Villa Autos”, cercana a la estación del Metro
Martín Carrera en el Distrito Federal. El gerente de la distribuidora de marcas
como Fiat, Chrysler o Chevrolet, Miguel Ángel Béjar, le ofrece dos opciones.
Comisiones del 3% sin horario de trabajo, sin cuotas de venta, sin prestaciones
ni garantías de ninguna especie. La otra: sueldo base más comisión, bonos por
ventas, prestaciones de ley, horario fijo, pero... debe trabajar a prueba durante
tres meses desde las 8:00 sin horario de salida, sin contrato, sin salario, sin
prestaciones; debe pasar un examen como si fueran a entrar a la policía federal.
Eso sí: No le garantizan que obtendrá el puesto pues hay muchas candidatas, garantizado lector.
Una más: No existen cifras
oficiales sobre el número de jóvenes que hayan decidido emplearse haciendo
malabares o bailando en semáforos, pero según la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), México tiene la mayor tasa de empleo informal entre las economías
de América Latina, con el 59% de su población en edad productiva. César lleva
cuatro años “haciendo semáforo”. Comenzó a los 22 años, cuando perdió su
trabajo como repartidor de comida corrida en el centro histórico de la Ciudad
de México. Llegó de Veracruz a los 18 años para estudiar Filosofía, Historia o
Ciencia Política pero no logró ingresar a la UNAM o a alguna universidad
pública y se sumó a la lista de jóvenes rechazados de las instituciones de
educación superior. César tenía el plan de trabajar para pagar una universidad
privada, pero no lo logró. Cuando perdió su empleo intentó buscar alguna otra
cosa pero nada superaba los 900 pesos semanales que le pagaban en el pequeño
restaurante, así que comenzó a hacer malabares con bolos y clavas en diferentes
cruces viales. Actualmente, César acumula 200 pesos por tres horas de trabajo
de lunes a jueves, los fines de semana ese monto se duplica, por lo que
trabajando hasta ocho horas de cada viernes, sábado y domingo, obtiene un
ingreso aproximado de 2 mil 500 pesos. “El semáforo fue una salida, pero no una
fácil, hay que invertirle tiempo, entrenar, y estar aquí”, malabarista
lector.
A ver qué le parece esta:
Jubilados y pensionados del ISSSTE de más de 30 entidades federativas, estuvieron en ayuno escalonado en las inmediaciones de la Secretaría de Gobernación desde
el 28 de enero hasta el 5 de marzo del presente año. Ninguno de los ex empleados del gobierno
federal ganó en los 30 años de vida laboral necesarios para jubilarse, más de
tres millones de pesos. En tanto, Sebastián Lerdo de Tejada, director general
del ISSSTE gana 3 millones 117 mil pesos al año, de acuerdo al presupuesto de
egresos de la Federación para el 2015 aprobado por el Congreso; el vocal
ejecutivo de PENSIONISSSTE y el del FOVISSSTE ganan cada uno 295,399 pesos
mensuales, según lo difundido en el portal frecuencialaboral.com el pasado 14
de febrero. Pero el ISSSTE se niega a pagar a los jubilados el bono de despensa
y el de previsión social que les adeudan desde 2008. Cada jubilado, con pensión
promedio de 10 mil pesos al mes, recibiría entre 500 y 700 pesos mensuales
adicionales que por ley tienen derecho. Son 895 mil jubilados y pensionados de
esa dependencia y a cada uno les deben alrededor de 18 mil pesos. Es decir que
la mesa directiva del ISSSTE retiene más de 16 mil millones de pesos. Lerdo de
Tejada se ha negado a recibirlos pese a más de un año de protestas, plantones y
manifestaciones en toda la república, retenido lector.
El sismo del 19 de septiembre de 1985, dejó al descubierto
atrocidades similares a las de Bangladesh e India acontecidas en 2013. En un
reporte de David Galicia de Word Press el 19 de septiembre del 2010, se lee:
Nadie hizo nada, narra Gloria Sánchez, una de las costureras sobrevivientes al
terremoto de 8.1 grados Richter de 19 minutos de duración que acabó con la vida
de entre 600 y mil 600 de sus compañeras y poco más de 200 talleres textiles a
lo largo de la avenida San Antonio Abad y causó daños a otros 300. Según la
feminista Marta Lamas, 40 mil trabajadoras textiles quedaron desempleadas.
Autoridades de la época estimaron 5 mil víctimas mortales; la UNAM y el
embajador de Estados Unidos en México, llegaron a manejar más de 50 mil. La
indiferencia de los dueños de esos talleres, hacían que sus empleados
permanecieran trabajando en medio de escombros y el olor de cadáveres que no
fueron rescatados. “El dueño de nuestro taller, por ejemplo, refiere Gloria,
decía que eso no tenía nada de malo, que no íbamos a contraer ninguna
enfermedad. Decía que si en Día de Muertos íbamos a los panteones y hasta
comíamos ahí, entonces no había ningún problema en entrar a trabajar en su
edificio”. Al plantearle la situación por la que atraviesa el país a 25 años de
los sismos del 85, el reportero pregunta: ¿Entonces la lección del terremoto
fue en vano?. Gloria contesta: Sí, no sirvió de nada. Momentáneamente sirvió,
pero cada día es peor. Preocúpate por el que te va a matar al rato dando la
vuelta, preocúpate porque en tu calle encontraron tres cabezas. Con toda la
violencia de ahora, un terremoto ya lo ves chiquito" tembloroso
lector.
Y finalmente, en el surrealismo total: el 27 de
septiembre del 2014, horrorizados, vemos en Facebook una imagen brutal. El
rostro desollado y sin ojos de Julio César Mondragón el estudiante de la normal
rural de Ayotzinapa, “Raúl Isidro Burgos” quien junto con otros compañeros fue
muerto cuando boteaban para viajar a la Ciudad de México y protestar por la
muerte de dos compañeros que en 2011 se manifestaban reclamando 40 matrículasque el gobernador Zeferino Torreblanca les había cancelado. Días más tarde,
vemos en el Facebook muy sonriente el rostro maquillado del maquillista de
Angélica Rivera anunciando su viaje a China como parte del personal que
acompañará a la esposa del presidente Peña Nieto. El 14 de julio del 2014, el
gobierno del presidente Peña Nieto recuerda que tiene negociaciones con 11
países rumbo al Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) y anuncia el inicio
de las negociaciones para un Tratado de Libre Comercio ahora con Turquía y pregunto:
¿para qué más TLCs? si a todas luces confunden el comercio exterior con glamur;
como se leyó en The Economist “No se han dado cuenta que no se dan cuenta”. ¿Sabrá
EPN y su gabinete que en 1519, Bernal Díaz del Castillo asombrado dijo que Tlatelolco
era más grande, mejor organizado y más limpio que Constantinopla? Lo dudo, horrorizado lector.
Hasta la próxima, con más de El
Concepto Integral del Comercio Exterior