Vientián, Laos, 3 de noviembre del 2012.- Europa intentará encontrar en Asia un poco de dinamismo que la ayude a
salir de la crisis de la deuda, durante una cumbre de los dos continentes que
comienza el lunes en Laos, con la interdependencia creciente de los dos bloques
en la economía mundial como telón de fondo.
Cincuenta jefes de Estado
y de Gobierno llegarán a Vientián, la capital de Laos, entre ellos el
presidente de la Unión Europea (UE), Herman van Rompuy, y el jefe de la
Comisión Europea, José Manuel Barroso, así como el presidente francés, François
Hollande, y el primer ministro italiano, Mario Monti.
Una delegación que tendrá
por objetivo demostrar el poder y la unidad en un período confuso. Los europeos
"son conscientes de la importancia creciente de Asia como motor del
crecimiento económico mundial", dijo un diplomático del sudeste asiático
bajo petición de anonimato.
"Aprovecharán la
cumbre para tranquilizar a Asia sobre el hecho de que, aunque no haya una
solución inmediata a la crisis de la deuda, la unión monetaria no se
desmoronará".
La cumbre Asia-Europa
(ASEM), que se celebra cada dos años desde 1996, ofrece a los dos bloques la
oportunidad de reforzar sus lazos comerciales y sus inversiones.
Según un diplomático
europeo, los dirigentes querrán enmendar la catastrófica imagen que tiene la UE
desde hace varios meses.
"Europa no es (...)
la gran enferma del planeta", estimó. "Al contrario, sigue siendo el
primer destino de las exportaciones de los países de Asia". Pero los casos
más alarmantes, especialmente los de Grecia y España, hacen temer en Asia un
hundimiento de la unión monetaria.
Las grandes potencias
asiáticas también estarán representadas en la capital de Laos, un país de 6
millones de habitantes bajo el yugo de un régimen comunista desde 1975,
desprovisto de tejido económico, pero que multiplicó las reformas para integrar
la Organización Mundial del Comercio (OMC) de aquí a varias semanas.
Asia no permaneció al
margen de la crisis europea. China y otros grandes países exportadores sufren
especialmente el descenso de pedidos del viejo continente.
Pekín no esconde su
inquietud por su propia economía. En septiembre, el primer ministro Wen Jiabao
prometió que su país continuaría "jugando su papel para ayudar a resolver
la crisis de la deuda en Europa por los medios apropiados".
"La crisis de la
eurozona acentuó la toma de conciencia de una parte y de otra de la
interdependencia de sus economías", resume Shada Islam, analista de Les
Amis de l'Europe (Amigos de Europa), un grupo de reflexión con sede en
Bruselas.
"Los europeos
necesitan a los mercados asiáticos en crecimiento para dinamizar una debilitada
actividad, mientras que los asiáticos reconocen su vulnerabilidad frente a las
dificultades de la eurozona".
Fuente: AFP