Bogotá, Colombia, 30 de octubre del 2012.- Desde la primera quincena de mayo hay TLC con
Estados Unidos y las cifras de exportaciones no ven mejorías notables.
Las cifras hablan por sí
solas. De acuerdo con el Departamento Administrativo de Estadística de los 18
grupos que monitorea frecuentemente para medir el comportamiento de las ventas
al exterior, nueve tuvieron variaciones negativas en lo corrido del año, si
observamos solo el destino estadounidense. Por ejemplo, las confecciones
cayeron 11,2%; las materias plásticas, 9,8%; el café, 19,8% y los minerales
72,6%. No obstante, si miramos las exportaciones totales, éstas aumentaron 9,2%
por un monto de US$15.057 millones. Se vendieron US$10.861 millones en
combustibles y las exportaciones no tradicionales aumentaron tímidamente.
Hace cinco meses que entró
en vigencia el tratado de libre comercio con Estados Unidos y aún no se nota el
avance en el intercambio de productos y servicios que se había pronosticado. En
materia de textiles -uno de los más optimismas- se están vendiendo telas
sintéticas con buen ritmo, pero no confecciones, productos que tienen mayor
valor agregado y mejor precio. Y si eso se nota en textiles, en los otros
renglones a los cuales se les vaticinó rápido despegue no se ha notado nada,
como es el caso del software y el turismo, que se tenían como los primeros
beneficiados.
¿Qué se necesita ahora?
Que el Gobierno Nacional en cabeza del Ministerio de Comercio Exterior y su
oficina de Proexport, redoblen sus programas de culturización empresarial, de
capacitación y ruedas de negocios en el mercado de Estados Unidos, pues al
tratar de hablar de todos los tratados de libre comercio como un todo, se
pierde la magnitud del que se firmó, después de muchos anhelos, con la economía
más dinámica del mundo. En todas las asambleas empresariales y cumbres
gremiales de los últimos cinco o seis años siempre se pedía lo mismo: firmar
rápidamente el TLC con Estados Unidos, como la panacea para dinamizar las
ventas nacionales. Una vez logrado eso, el clamor general de los empresarios es
la revaluación.
Tanto los empresarios
exportadores como la autoridad nacional en materia de comercio exterior, no
pueden ‘matar el tigre y asustarse con el cuero’. Ya hay un TLC con Estados
Unidos, ahora debemos aprovecharlo con todos sus beneficios. Hay mucho
desconocimiento de cómo acceder al mercado, cómo ser más competitivos, y lo que
es más sensible, cómo hacer negocios en un país totalmente enfocado al consumo.
Insistimos en que se necesita de una fuerte labor en ‘culturización de
tratados’. Se necesita que los gremios, las autoridades comerciales, las
cámaras de comercio, las universidades, y todos los estamentos vivos de la
sociedad en materia económica, se enfoquen en el máximo aprovechamiento de ese
TLC en particular. Si no es así, ¿para qué insistíamos tanto en él?
Fuente: RECALCA