Ginebra, Suiza, 5 de noviembre del 2012.- Brasil presentó hoy ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) un
nuevo documento en el que propone a los Estados miembros considerar "una
hoja de ruta" que permita afrontar los desequilibrios cambiarios y su
impacto en el comercio.
Bajo el título
"Desalineamientos Cambiarios y Remedios comerciales: una nota conceptual
de Brasil", la delegación brasileña presentó el documento al Grupo de
Trabajo sobre Comercio, Deuda y Finanzas de la OMC, para que sea analizado a
finales de mes.
"Esa reunión será la
primera oportunidad para una interacción significativa y en profundidad entre
los miembros sobre esta materia", afirmó en conferencia de prensa el
representante permanente de Brasil ante la OMC, el embajador Roberto Azevêdo.
Desde hace años, Brasil
denuncia que se siente perjudicado por la revaluación de su moneda, el real, y
por lo que considera una devaluación artificial de divisas como el dólar, el
euro o el yuan.
Por este motivo, sus
representantes llevan más de un año presionando para que se encuentre el papel
específico que puede jugar la OMC para hacer frente "a la distorsión
comercial que causan los movimientos significativos y duraderos de las
divisas".
Azevêdo explicó que
Brasil no está hablando de desequilibrios cambiarios puntuales, sino de
"desalineamientos que pueden durar 10, 20 o 25 años", que tienen un
impacto tangible en el comercio y que deberían abrir la puerta a que la OMC
consagrara el derecho de los países afectados a variar sus políticas
arancelarias.
El embajador brasileño
explicó que el documento presentado hoy no incluye una receta para crear el
mecanismo que permita establecer cuándo un país podría adoptar medidas
arancelarias a causa del impacto de los desequilibrios cambiarios, sino que
busca encarrilar las conversaciones al respecto en el seno de la OMC.
"No vamos a esta
conversación con una receta precocinada. Tenemos ideas vagas sobre el mecanismo",
indicó Azevêdo.
El debate se lanzó en
abril de 2011 y se retomó en marzo de este año en un seminario a puerta cerrada
celebrado en la OMC a petición de Brasil en el que los países miembros llegaron
a la conclusión de que esta organización no dispone de mecanismos adecuados
para hacer frente a las oscilaciones y desalineamientos de las divisas.
No obstante, se coincidió
en que la OMC sí es la institución adecuada para tratar el impacto que este
fenómeno tiene en el comercio, razón por la cual Brasil quiere impulsar el
debate en torno a la manera de mejorar sus instrumentos de evaluación.
Para lanzar el debate
-"que no va a avanzar rápido y que va a ser largo y tortuoso", según
el embajador-, Brasil plantea una serie de parámetros y preguntas a examinar en
las conversaciones.
¿Cuándo existe
desalineamiento cambiario y qué tipo de detonante podría autorizar remedios
sistémicos?, ¿cuál sería el adecuado plazo de tiempo para la aplicación de esos
remedios?, ¿se deberían aplicar a un producto específico o a todo un sector o
sectores?, ¿debería haber una investigación previa y quién debería iniciar la
acción?
Son algunos de los
cuestionamientos sobre los que Brasil pide reflexionar como primer paso,
subrayando además que el problema de los desequilibrios cambiarios no tiene que
ver solo con las políticas internas de cada país, sino con el contexto
internacional.
El argumento de Brasil es
que, por esta misma lógica, un país no puede hacer frente al impacto negativo
del desequilibrio de su divisa mediante políticas internas, por lo que se
debería encontrar la fórmula para contrarrestar este efecto a corto plazo.
Azevêdo aseguró que
Brasil no se ha convertido en paladín de esta causa porque el real esté
actualmente sobrevalorado, recordando que la divisa brasileña muestra
"claros picos cíclicos", de manera que lo que ahora le perjudica
puede beneficiarle en el futuro.
"Brasil nunca
favorecería una solución en la OMC que fuera una amenaza para sus exportaciones
casi la mitad del tiempo", dijo.
Fuente: Diario Vasco