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lunes, 29 de octubre de 2012

Estancada, separación de basura en la metrópoli



Comparativo. En Ciudades como Berlín existe una cuota anual por la recolección de residuos
Pese a que desde 2008 entró en vigor la norma para la colecta diferenciada en el Estado, no se registran avances significativos en la materia
Guadalajara, Jalisco, México, 28 de octubre del 2012.- La estrategia de colecta diferenciada que permitiría el reciclaje de desechos en Guadalajara debió haber arrancado como un modelo obligatorio desde 2008, pero fue desechada meses después, cuando la ciudadanía denunció que la basura que fue separada tiene el mismo destino que la que no lo fue. La iniciativa fracasó, y más de tres años después continúa en el mismo estatus.

El problema es grave: la propuesta se mantuvo bajo tierra durante la administración que recién concluyó, y la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) continúa apilando sin control su basura en vertederos, dejando a los pepenadores una tarea que implica serios riesgos por el contacto directo, mientras que en otros lugares se implementan proyectos exitosos.
En Jalisco, municipios como La Barca, Zapotlanejo, y más recientemente Ahualulco de Mercado, han desarrollado estrategias que optimizaron su recolección, redujeron la cantidad de desechos y dieron un respiro a quienes viven en las proximidades de los tiraderos locales. Pero el comparativo es insuficiente: se trata de municipios pequeños, lejanos de la dimensión y el índice demográfico de Guadalajara.
Más similar en condiciones demográficas a la zona metropolitana que integran Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá es la capital de Alemania, Berlín, cuya embajada explicó a este medio cuáles son sus estrategias y cómo operan.
El contraste revela una diferencia abismal. Mientras la Perla Tapatía paga más por más desperdicios a la empresa concesionada que los recolecta, en la ciudad europea cada hogar paga por la recolección de basura. La premisa berlinesa: a mayor peso, mayor cuota para el ciudadano, algo similar al pago diferenciado por uso de electricidad o agua potable.
Tanto Berlín, como la ZMG, producen más de un millón de toneladas de desechos anuales. Además, la capital alemana tiene casi tres millones y medio de habitantes y los cuatro municipios de la ZMG tienen tres millones 825 mil.
Thomas Klöckner, portavoz de la empresa Berliner Stadtreinigung, que recolecta los residuos en esa ciudad, explica que la ley alemana exige (y no sugiere) reciclar la basura, así que los ciudadanos tienen la obligación de separarla. Cada hogar en Berlín paga en promedio 200 euros al año por el servicio de recolección de residuos, algo más que tres mil 200 pesos.
El camión recolector pasa dos veces por semana y, según las rutas, se elige el día para recoger la basura orgánica y la inorgánica, aunque también hay basura revuelta, pero ésta también se recicla o se transforma en energía.
En Jalisco, desde 2008 está vigente una norma que hace obligatoria la separación de basura. Sin embargo, ciudadanos, municipios y empresas que prestan el servicio la incumplen por igual.
PANORAMA
Área              Basura generada             Basura separada      %
Jalisco            7,000 toneladas diarias      910 toneladas           13%
Guadalajara     2,000 toneladas diarias      100 toneladas             5%
Ahualulco        18 toneladas diarias           17.1 toneladas          95%
QUÉ DICE LA LEY
Es obligatorio
La Norma Ambiental Estatal NAE-Semades-007/2008 obliga a separar la basura en Jalisco desde el 20 de octubre de 2008; en su punto 6, detalla que “será de carácter obligatorio el empleo de unidades recolectoras de residuos sólidos urbanos que cuenten con un sistema para evitar la mezcla de los residuos previamente separados (…), ya sea con diferentes días de recolección, estableciendo las rutas de recolección y/o la implementación de un mecanismo de separación en la misma unidad recolectora”.
Además, deja en claro que “queda estrictamente prohibida la mezcla de los residuos previamente separados, así como brindar el servicio de recolección público o privado si no se cuenta con el sistema para evitar la mezcla de los mismos, con la previa autorización de las autoridades municipales y estatales correspondientes”.
RESPETO AL ESFUERZO
En agosto de 2008, los ciudadanos tuvieron su primer contacto colectivo con la cultura del reciclaje, pero la deficiente comunicación de la estrategia hizo cundir entre los vecinos la idea de que la basura siempre llega revuelta a un mismo sitio, la desmotivación imperó y el programa se quedó en el intento.
Autoridades del trienio que recién concluyó en Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y Tlajomulco coincidieron en que ésa fue la causa por la que hoy el reciclaje está estancado. Cristalizar un programa sólido de recolección diferenciada será tarea “heredada” a los gobiernos que llegaron el 1 de octubre.
En la Perla Tapatía, el avance es de apenas 5%; Zapopan es el municipio que más ha avanzado, con 30% (aunque invierte 250 mil pesos mensuales para mantenerse así). El ex alcalde interino de Tlaquepaque, Marco Antonio González, de plano expuso en su momento que “no hay un programa”, pues el que intentaron aplicar “no dio buen resultado”.
En Tonalá hubo un retroceso de 30% a cero en sólo un año, y Tlajomulco de Zúñiga inició una estrategia al arranque de la administración, pero la falta de separación final desalentó a los vecinos.
Pocas líneas durante campañas políticas
El manejo de los residuos sólidos sólo obtuvo unas líneas en las propuestas de los alcaldes que hoy están al frente en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG). Aunque el tema estuvo en la mayoría de los discursos políticos, los “cómos” para lograr estas mejoras no fueron detallados.
Para el alcalde de Guadalajara, Ramiro Hernández, la basura ocupó un espacio menor en su propuesta. Pero se dijo en pro de “trabajar coordinadamente en un Sistema Metropolitano de Gestión Integral de los Residuos Sólidos”.
En Zapopan, Héctor Robles detalló en su eje de “calidad de vida y sustentabilidad” que las líneas de acción serán “la separación de basura y mejorar los métodos de recolección, concentración, transferencia y tratamiento de basura”
El alcalde de Tlajomulco de Zúñiga, Ismael del Toro, expuso en uno de sus discursos que será “su obligación otorgar una mejor recolección de basura”.
Por su parte, Alfredo Barba, de Tlaquepaque, y Jorge Arana, de Tonalá, nunca colocaron información sobre el tema en sus portales de Internet durante las campañas.
El gobernador electo de Jalisco, Aristóteles Sandoval, presentó en su campaña un modelo sustentable, basado en tres áreas: económicamente viable, socialmente justo y ambientalmente adecuado, cuyas líneas de trabajo son 10, y una de ellas es: “Una política de gestión integral de residuos, para lograr reducir, rehusar y reciclar los productos que consumimos”.
Ahualulco, un ejemplo de éxito
De la nada a 95% en reciclaje de basura. Ésa es la historia que hoy puede contar Ahualulco de Mercado, cuya administración saliente logró implementar un sistema de separación de residuos en sólo dos años, un ejercicio que se pensó desde la capacitación ciudadana y cuya inversión resultó mínima en comparación con los resultados.
Adriana Cecilia González Olmos, ex directora de Ecología en aquella localidad, presumió las bondades de un proyecto que nació “de un desligue entre criterios políticos y ciudadanos”, que requirió asesoría del sector empresarial y un mínimo de inversión para orientar a los 22 mil residentes.
“Fue posible en Ahualulco, es posible aquí”, asegura para la Zona Metropolitana de Guadalajara. “Una vez que se percibe que el Gobierno trabaja y en verdad traslada los desechos en orden a un destino para su reciclaje —porque luego eso es lo que pasa: que no se hace, y ellos pierden el interés—, entonces es cuando funciona”.
La primera etapa de este proyecto arrancó en 2010 y tres mil 700 niños y jóvenes estudiantes recibieron capacitación, directamente en sus aulas. “La intención fue que fueran replicadores en su hogar, y funcionó”. A la par, cuatro mil 700 domicilios fueron visitados y sus residentes, iniciados en el tema.
Entre las instrucciones, se explicó del manejo y clasificación de residuos sólidos urbanos en: materia orgánica, plásticos, papel y cartón, vidrio, metal, sanitarios y varios. Siete y no tres tipos, una tarea que se piensa difícil, pero que funcionó de igual forma, pues a decir de la funcionaria, “la gente separa lo mismo en dos que en siete”.
El rezago en Ahualulco tenía un cuarto de siglo. El vertedero se hallaba a cielo abierto y constantemente era quemado, lo que agravaba las condiciones de salud para los vecinos. Tras la capacitación, el Gobierno municipal gastó 1.6 millones de pesos para comprar dos vehículos especiales de traslado. La regla (puesta en marcha a partir del 11 de julio de 2010) fue que los recolectores vigilarían si la basura que estaba en las calles era la correcta del día; de no ser así, no la recogerían.
Esto generó que todos se incentivaran entre sí para ir a tiempo en los días de recolección. “Luego los perros llegaban y roían las bolsas, entonces los vecinos se pedían entre sí que por favor no contaminaran las calles. Eventualmente, funcionó”.
Reconoce que Ahualulco padeció cuatro semanas de reticencia, pero, después de esto, 95% de la población adoptó las nuevas reglas.
Luego de 26 meses durante los cuales llegaron 25 toneladas diarias de desechos sólidos al tiradero, la cifra se redujo a 18, “porque estos esquemas a la larga provocan que la gente misma produzca menos basura”.
SIN CAMBIO. EL PORCENTAJE SE HA MNATENIDO
Restan cinco años de vida útil a los basureros tapatíos
La ex titular de la Secretaría de Ecología de Guadalajara afirma que en el municipio se separa sólo 5% de los residuos
GUADALAJARA, JALISCO.- Todos los días se generan dos mil toneladas de desechos en el municipio de Guadalajara, una cantidad que llenaría tres veces por año el Estadio Azteca. María Magdalena Ruiz Mejía, quien fue secretaria de Ecología del Ayuntamiento tapatío hasta septiembre pasado, lo dice para sorprender, aunque en realidad perturba.
Guadalajara separa sólo 5% de los desechos que genera a diario, aunque “mantiene los mismos números que la administración anterior (la 2007-2009, encabezada por Alfonso Petersen)”.
La capital de Jalisco vive una carrera a contrarreloj para una crisis ambiental. De seguir a este ritmo, detalla la ex funcionaria, los vertederos de la metrópoli colapsarán en no más de cinco años. “Además, con este modelo los rellenos sanitarios nunca van a ser suficientes. Por eso creo que tenemos que ir caminando, pero con una visión integral, no sólo por un asunto de norma”.
Al inicio de la administración estatal, la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (Semades) señaló al municipio que en la capital jalisciense se separaba 30% de basura, “pero eso no es verdad: no tenemos las condiciones técnicas, administrativas ni normativas para llevarlo a cabo todavía”.
Para Ruiz Mejía, publicar la norma en 2008 fue apresurado porque “debieron hacerse diagnósticos en los ayuntamientos. Los municipios tienen retrasos tecnológicos que deben de remediar y, en general, creo que el cumplimiento de la norma pasa por cuatro aspectos fundamentales: la fundamentación normativa, la técnica, la administrativa y la de comunicación”.
Es en esta última en la que más atraso existe, porque “han fallado los canales de comunicación entre el Gobierno y los ciudadanos, para que la gente tenga conciencia de lo que pasa con la basura”.
Previo a concluir la administración municipal, la entonces titular de Ecología señaló a este medio que la Semades nunca les llamó la atención o los multó por no cumplir la norma, pues “trabajamos juntos; no somos omisos, lo vemos de manera integral”.
CRÓNICA
“Uno crea defensas”
El acceso resulta por demás complicado; una y otra vez la parte baja del vehículo choca contra la terracería y un pensamiento negativo llega a la mente de inmediato. ¿Sí pasará? El auto compacto chilla con el esfuerzo, pero al final logra continuar su trayecto, dirigido por el desagradable aroma que cala en la garganta, y no por las brechas irregulares que en ciertos puntos permiten ver charcos de lixiviados, o jugos de basura.
Es el ingreso al basurero de Tala, donde un elemento de seguridad sale de su cabina de guardia, pide identificación de los visitantes y detener el vehículo en que viajan, mientras solicita autorización a un “comandante” para el ingreso. “Está bien, pásenle hasta donde llegue el carro”, dice tras recibir el visto bueno de sus superiores. El auto no pasará. Es decisión del conductor que éste permanezca en el ingreso, y asegurar así un retorno sin complicaciones mecánicas.
El andar a pie resulta incómodo. Hay caminos de tierra que usan los camiones recolectores, sí, pero es el imperante hedor que revuelve el estómago el que invita a rehusar la idea de un recorrido noticioso en la zona, para retratar cómo se procesa la basura en Jalisco.
La intención sólo quedó en eso. El individuo con la cámara fotográfica ya ha marcado sus objetivos, camina hacia ellos y comienza a disparar entre palabras de aliento: “No está tan gacho; sólo debes respirar por la boca”. Idea desechada en momentos, pues una, o dos, o tres de las miles de moscas regordetas que se alimentan en ése, su paraíso, amenazan con pasearse entre los dientes.
Así, inhalar obliga que la nariz perciba miles de olores de una amplia gama de desechos tirados sin lógica aparente. Las montañas de desperdicios son altas, y al recorrerlas el único sonido de vida que se escucha es un zumbido jubiloso, autoría de los insectos que se apropiaron del área.
Un brinco aventurado por encima de una suerte de lodo verduzco, y un perro sale de una “casa”, donde dos jóvenes y un hombre a los que se busca entrevistar trabajan con ahínco. Los dientes del can, un gruñido y el ladrido que le sigue obligan a andar entre la basura que se hunde por el peso.
“No te muerden; nomás aguas con pisar jeringas ahí donde andas”, grita “Pedro”, un señor de 63 años que pide usar cualquier nombre, excepto el real. Su apariencia delata más edad, aunque tiene pocos años manteniéndose a sí mismo y a su familia separando la basura.
Camisa blanca; bigote cano y manos callosas, las secuelas de una jornada entre residuos metálicos, plásticos y otros podridos. Varias heridas se observan en sus extremidades, pero eso no le importa. “Mira, la verdad es que aquí desarrollas defensas; las cortadas se secan rápido. Por ejemplo, ayer me corté y hoy ya está bien”, detalla al tiempo en que retira un trozo de piel seca, donde un objeto que no recuerda le raspó días atrás.
“A mi edad ya no hay trabajo; por eso me vengo acá”. Hace años, cuando sus cuerdas vocales funcionaban sin trabas, pertenecía a un trío que se hizo de cierta reputación en Tala. Hoy ya no puede cantar, y para llevar dinero a sus bisnietos, se ve obligado a entrar en la basura “sin seguro alguno, que creo eso es lo que nos debería de dar el Gobierno”.
“Pedro” sabe que difícilmente se le tomará en cuenta para esa petición, pero igual la lanza frente a la grabadora del desconocido que todos ven con desconfianza.
El regreso es obligado, pues el estómago es golpeado insistentemente con arcadas; nunca se asimiló la estadía en la zona. Caminar de vuelta a donde el vehículo se encuentra es difícil; eludir de nueva cuenta los charcos de lixiviados es la tarea más complicada. El auto espera paciente, pero al abrir la puerta y abordarlo, cientos de moscas entran y se hospedan en asientos, tablero y volante… Y el carro chilla de nuevo, previo a cruzar otra vez la vereda de ingreso a una zona insalubre y descuidada a todas luces.
Fuente: El Informador
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