Comparativo. En Ciudades como Berlín existe una cuota anual por la
recolección de residuos
Pese a que desde 2008 entró en vigor la norma para la colecta diferenciada
en el Estado, no se registran avances significativos en la materia
Guadalajara, Jalisco, México, 28 de octubre del 2012.- La estrategia de colecta diferenciada que
permitiría el reciclaje de desechos en Guadalajara debió haber arrancado como
un modelo obligatorio desde 2008, pero fue desechada meses después, cuando la
ciudadanía denunció que la basura que fue separada tiene el mismo destino que
la que no lo fue. La iniciativa fracasó, y más de tres años después continúa en
el mismo estatus.
El problema es grave: la
propuesta se mantuvo bajo tierra durante la administración que recién concluyó,
y la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) continúa apilando sin control su
basura en vertederos, dejando a los pepenadores una tarea que implica serios
riesgos por el contacto directo, mientras que en otros lugares se implementan proyectos
exitosos.
En Jalisco, municipios
como La Barca, Zapotlanejo, y más recientemente Ahualulco de Mercado, han
desarrollado estrategias que optimizaron su recolección, redujeron la cantidad
de desechos y dieron un respiro a quienes viven en las proximidades de los
tiraderos locales. Pero el comparativo es insuficiente: se trata de municipios
pequeños, lejanos de la dimensión y el índice demográfico de Guadalajara.
Más similar en
condiciones demográficas a la zona metropolitana que integran Guadalajara,
Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá es la capital de Alemania, Berlín, cuya embajada
explicó a este medio cuáles son sus estrategias y cómo operan.
El contraste revela una diferencia
abismal. Mientras la Perla Tapatía paga más por más desperdicios a la empresa
concesionada que los recolecta, en la ciudad europea cada hogar paga por la
recolección de basura. La premisa berlinesa: a mayor peso, mayor cuota para el
ciudadano, algo similar al pago diferenciado por uso de electricidad o agua
potable.
Tanto Berlín, como la
ZMG, producen más de un millón de toneladas de desechos anuales. Además, la
capital alemana tiene casi tres millones y medio de habitantes y los cuatro
municipios de la ZMG tienen tres millones 825 mil.
Thomas Klöckner, portavoz
de la empresa Berliner Stadtreinigung, que recolecta los residuos en esa
ciudad, explica que la ley alemana exige (y no sugiere) reciclar la basura, así
que los ciudadanos tienen la obligación de separarla. Cada hogar en Berlín paga
en promedio 200 euros al año por el servicio de recolección de residuos, algo
más que tres mil 200 pesos.
El camión recolector pasa
dos veces por semana y, según las rutas, se elige el día para recoger la basura
orgánica y la inorgánica, aunque también hay basura revuelta, pero ésta también
se recicla o se transforma en energía.
En Jalisco, desde 2008
está vigente una norma que hace obligatoria la separación de basura. Sin
embargo, ciudadanos, municipios y empresas que prestan el servicio la incumplen
por igual.
PANORAMA
Área Basura generada Basura separada %
Jalisco 7,000 toneladas diarias 910 toneladas 13%
Guadalajara 2,000 toneladas diarias 100 toneladas 5%
Ahualulco 18 toneladas diarias 17.1 toneladas 95%
QUÉ DICE LA LEY
Es obligatorio
La Norma Ambiental
Estatal NAE-Semades-007/2008 obliga a separar la basura en Jalisco desde el 20
de octubre de 2008; en su punto 6, detalla que “será de carácter obligatorio el
empleo de unidades recolectoras de residuos sólidos urbanos que cuenten con un
sistema para evitar la mezcla de los residuos previamente separados (…), ya sea
con diferentes días de recolección, estableciendo las rutas de recolección y/o
la implementación de un mecanismo de separación en la misma unidad
recolectora”.
Además, deja en claro que
“queda estrictamente prohibida la mezcla de los residuos previamente separados,
así como brindar el servicio de recolección público o privado si no se cuenta
con el sistema para evitar la mezcla de los mismos, con la previa autorización
de las autoridades municipales y estatales correspondientes”.
RESPETO AL ESFUERZO
En agosto de 2008, los
ciudadanos tuvieron su primer contacto colectivo con la cultura del reciclaje,
pero la deficiente comunicación de la estrategia hizo cundir entre los vecinos
la idea de que la basura siempre llega revuelta a un mismo sitio, la
desmotivación imperó y el programa se quedó en el intento.
Autoridades del trienio
que recién concluyó en Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y Tlajomulco
coincidieron en que ésa fue la causa por la que hoy el reciclaje está
estancado. Cristalizar un programa sólido de recolección diferenciada será
tarea “heredada” a los gobiernos que llegaron el 1 de octubre.
En la Perla Tapatía, el
avance es de apenas 5%; Zapopan es el municipio que más ha avanzado, con 30%
(aunque invierte 250 mil pesos mensuales para mantenerse así). El ex alcalde
interino de Tlaquepaque, Marco Antonio González, de plano expuso en su momento
que “no hay un programa”, pues el que intentaron aplicar “no dio buen
resultado”.
En Tonalá hubo un
retroceso de 30% a cero en sólo un año, y Tlajomulco de Zúñiga inició una
estrategia al arranque de la administración, pero la falta de separación final
desalentó a los vecinos.
Pocas líneas durante
campañas políticas
El manejo de los residuos
sólidos sólo obtuvo unas líneas en las propuestas de los alcaldes que hoy están
al frente en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG). Aunque el tema estuvo
en la mayoría de los discursos políticos, los “cómos” para lograr estas mejoras
no fueron detallados.
Para el alcalde de
Guadalajara, Ramiro Hernández, la basura ocupó un espacio menor en su
propuesta. Pero se dijo en pro de “trabajar coordinadamente en un Sistema
Metropolitano de Gestión Integral de los Residuos Sólidos”.
En Zapopan, Héctor Robles
detalló en su eje de “calidad de vida y sustentabilidad” que las líneas de
acción serán “la separación de basura y mejorar los métodos de recolección,
concentración, transferencia y tratamiento de basura”
El alcalde de Tlajomulco
de Zúñiga, Ismael del Toro, expuso en uno de sus discursos que será “su
obligación otorgar una mejor recolección de basura”.
Por su parte, Alfredo
Barba, de Tlaquepaque, y Jorge Arana, de Tonalá, nunca colocaron información
sobre el tema en sus portales de Internet durante las campañas.
El gobernador electo de
Jalisco, Aristóteles Sandoval, presentó en su campaña un modelo sustentable,
basado en tres áreas: económicamente viable, socialmente justo y ambientalmente
adecuado, cuyas líneas de trabajo son 10, y una de ellas es: “Una política de
gestión integral de residuos, para lograr reducir, rehusar y reciclar los
productos que consumimos”.
Ahualulco, un ejemplo de
éxito
De la nada a 95% en
reciclaje de basura. Ésa es la historia que hoy puede contar Ahualulco de
Mercado, cuya administración saliente logró implementar un sistema de
separación de residuos en sólo dos años, un ejercicio que se pensó desde la
capacitación ciudadana y cuya inversión resultó mínima en comparación con los
resultados.
Adriana Cecilia González
Olmos, ex directora de Ecología en aquella localidad, presumió las bondades de
un proyecto que nació “de un desligue entre criterios políticos y ciudadanos”,
que requirió asesoría del sector empresarial y un mínimo de inversión para
orientar a los 22 mil residentes.
“Fue posible en
Ahualulco, es posible aquí”, asegura para la Zona Metropolitana de Guadalajara.
“Una vez que se percibe que el Gobierno trabaja y en verdad traslada los
desechos en orden a un destino para su reciclaje —porque luego eso es lo que
pasa: que no se hace, y ellos pierden el interés—, entonces es cuando
funciona”.
La primera etapa de este
proyecto arrancó en 2010 y tres mil 700 niños y jóvenes estudiantes recibieron
capacitación, directamente en sus aulas. “La intención fue que fueran
replicadores en su hogar, y funcionó”. A la par, cuatro mil 700 domicilios
fueron visitados y sus residentes, iniciados en el tema.
Entre las instrucciones,
se explicó del manejo y clasificación de residuos sólidos urbanos en: materia
orgánica, plásticos, papel y cartón, vidrio, metal, sanitarios y varios. Siete
y no tres tipos, una tarea que se piensa difícil, pero que funcionó de igual
forma, pues a decir de la funcionaria, “la gente separa lo mismo en dos que en
siete”.
El rezago en Ahualulco
tenía un cuarto de siglo. El vertedero se hallaba a cielo abierto y
constantemente era quemado, lo que agravaba las condiciones de salud para los
vecinos. Tras la capacitación, el Gobierno municipal gastó 1.6 millones de
pesos para comprar dos vehículos especiales de traslado. La regla (puesta en
marcha a partir del 11 de julio de 2010) fue que los recolectores vigilarían si
la basura que estaba en las calles era la correcta del día; de no ser así, no
la recogerían.
Esto generó que todos se
incentivaran entre sí para ir a tiempo en los días de recolección. “Luego los
perros llegaban y roían las bolsas, entonces los vecinos se pedían entre sí que
por favor no contaminaran las calles. Eventualmente, funcionó”.
Reconoce que Ahualulco
padeció cuatro semanas de reticencia, pero, después de esto, 95% de la
población adoptó las nuevas reglas.
Luego de 26 meses durante
los cuales llegaron 25 toneladas diarias de desechos sólidos al tiradero, la
cifra se redujo a 18, “porque estos esquemas a la larga provocan que la gente
misma produzca menos basura”.
SIN CAMBIO. EL PORCENTAJE
SE HA MNATENIDO
Restan cinco años de vida
útil a los basureros tapatíos
La ex titular de la
Secretaría de Ecología de Guadalajara afirma que en el municipio se separa sólo
5% de los residuos
GUADALAJARA, JALISCO.-
Todos los días se generan dos mil toneladas de desechos en el municipio de
Guadalajara, una cantidad que llenaría tres veces por año el Estadio Azteca.
María Magdalena Ruiz Mejía, quien fue secretaria de Ecología del Ayuntamiento
tapatío hasta septiembre pasado, lo dice para sorprender, aunque en realidad
perturba.
Guadalajara separa sólo
5% de los desechos que genera a diario, aunque “mantiene los mismos números que
la administración anterior (la 2007-2009, encabezada por Alfonso Petersen)”.
La capital de Jalisco
vive una carrera a contrarreloj para una crisis ambiental. De seguir a este
ritmo, detalla la ex funcionaria, los vertederos de la metrópoli colapsarán en
no más de cinco años. “Además, con este modelo los rellenos sanitarios nunca
van a ser suficientes. Por eso creo que tenemos que ir caminando, pero con una
visión integral, no sólo por un asunto de norma”.
Al inicio de la
administración estatal, la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo
Sustentable (Semades) señaló al municipio que en la capital jalisciense se
separaba 30% de basura, “pero eso no es verdad: no tenemos las condiciones
técnicas, administrativas ni normativas para llevarlo a cabo todavía”.
Para Ruiz Mejía, publicar
la norma en 2008 fue apresurado porque “debieron hacerse diagnósticos en los
ayuntamientos. Los municipios tienen retrasos tecnológicos que deben de
remediar y, en general, creo que el cumplimiento de la norma pasa por cuatro
aspectos fundamentales: la fundamentación normativa, la técnica, la
administrativa y la de comunicación”.
Es en esta última en la
que más atraso existe, porque “han fallado los canales de comunicación entre el
Gobierno y los ciudadanos, para que la gente tenga conciencia de lo que pasa
con la basura”.
Previo a concluir la
administración municipal, la entonces titular de Ecología señaló a este medio
que la Semades nunca les llamó la atención o los multó por no cumplir la norma,
pues “trabajamos juntos; no somos omisos, lo vemos de manera integral”.
CRÓNICA
“Uno crea defensas”
El acceso resulta por
demás complicado; una y otra vez la parte baja del vehículo choca contra la
terracería y un pensamiento negativo llega a la mente de inmediato. ¿Sí pasará?
El auto compacto chilla con el esfuerzo, pero al final logra continuar su
trayecto, dirigido por el desagradable aroma que cala en la garganta, y no por
las brechas irregulares que en ciertos puntos permiten ver charcos de
lixiviados, o jugos de basura.
Es el ingreso al basurero
de Tala, donde un elemento de seguridad sale de su cabina de guardia, pide
identificación de los visitantes y detener el vehículo en que viajan, mientras
solicita autorización a un “comandante” para el ingreso. “Está bien, pásenle
hasta donde llegue el carro”, dice tras recibir el visto bueno de sus
superiores. El auto no pasará. Es decisión del conductor que éste permanezca en
el ingreso, y asegurar así un retorno sin complicaciones mecánicas.
El andar a pie resulta
incómodo. Hay caminos de tierra que usan los camiones recolectores, sí, pero es
el imperante hedor que revuelve el estómago el que invita a rehusar la idea de
un recorrido noticioso en la zona, para retratar cómo se procesa la basura en
Jalisco.
La intención sólo quedó
en eso. El individuo con la cámara fotográfica ya ha marcado sus objetivos,
camina hacia ellos y comienza a disparar entre palabras de aliento: “No está
tan gacho; sólo debes respirar por la boca”. Idea desechada en momentos, pues
una, o dos, o tres de las miles de moscas regordetas que se alimentan en ése,
su paraíso, amenazan con pasearse entre los dientes.
Así, inhalar obliga que
la nariz perciba miles de olores de una amplia gama de desechos tirados sin
lógica aparente. Las montañas de desperdicios son altas, y al recorrerlas el
único sonido de vida que se escucha es un zumbido jubiloso, autoría de los
insectos que se apropiaron del área.
Un brinco aventurado por
encima de una suerte de lodo verduzco, y un perro sale de una “casa”, donde dos
jóvenes y un hombre a los que se busca entrevistar trabajan con ahínco. Los
dientes del can, un gruñido y el ladrido que le sigue obligan a andar entre la
basura que se hunde por el peso.
“No te muerden; nomás
aguas con pisar jeringas ahí donde andas”, grita “Pedro”, un señor de 63 años
que pide usar cualquier nombre, excepto el real. Su apariencia delata más edad,
aunque tiene pocos años manteniéndose a sí mismo y a su familia separando la
basura.
Camisa blanca; bigote
cano y manos callosas, las secuelas de una jornada entre residuos metálicos,
plásticos y otros podridos. Varias heridas se observan en sus extremidades,
pero eso no le importa. “Mira, la verdad es que aquí desarrollas defensas; las
cortadas se secan rápido. Por ejemplo, ayer me corté y hoy ya está bien”,
detalla al tiempo en que retira un trozo de piel seca, donde un objeto que no
recuerda le raspó días atrás.
“A mi edad ya no hay
trabajo; por eso me vengo acá”. Hace años, cuando sus cuerdas vocales
funcionaban sin trabas, pertenecía a un trío que se hizo de cierta reputación
en Tala. Hoy ya no puede cantar, y para llevar dinero a sus bisnietos, se ve
obligado a entrar en la basura “sin seguro alguno, que creo eso es lo que nos
debería de dar el Gobierno”.
“Pedro” sabe que
difícilmente se le tomará en cuenta para esa petición, pero igual la lanza
frente a la grabadora del desconocido que todos ven con desconfianza.
El regreso es obligado,
pues el estómago es golpeado insistentemente con arcadas; nunca se asimiló la
estadía en la zona. Caminar de vuelta a donde el vehículo se encuentra es
difícil; eludir de nueva cuenta los charcos de lixiviados es la tarea más
complicada. El auto espera paciente, pero al abrir la puerta y abordarlo,
cientos de moscas entran y se hospedan en asientos, tablero y volante… Y el
carro chilla de nuevo, previo a cruzar otra vez la vereda de ingreso a una zona
insalubre y descuidada a todas luces.
Fuente: El Informador