Madrid, España, 30 de septiembre del 2012.- El vocero de la Cancillería brasileña, embajador
Tovar Nunes, dijo que Brasil "ve con mucha tranquilidad" los
cuestionamientos de Estados Unidos y la Unión Europea sobre las nuevas medidas
comerciales, porque "las decisiones brasileñas fueron tomadas bajo el
riguroso cumplimiento de las reglas de la OMC".
En declaraciones que
reproduce la versión electrónica de la revista "Veja", Nunes recordó
que las medidas adoptadas por Brasil son justificables debido a la necesidad de
desarrollar la industria nacional, uno de los sectores más afectados por la
crisis mundial.
Las medidas tomadas por
Brasil en materia comerical integran una lista de varias iniciativas que viene
adoptando el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, con el objetivo de
frenar los efectos de la crisis financiera mundial y recuperar el ritmo de
crecimiento económico.
Según informó la agencia
dpa, Australia, Estados Unidos, Europa y Japón habían informado que acudirán el
lunes ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) para expresar su
desacuerdo con algunas medidas "discriminatorias" adoptadas por
Brasil.
Según el diario "O
Estado de Sao Paulo", las potencias no elevarán por el momento sus quejas
ante los tribunales de la OMC, sino que lo harán ante el Comité de Inversiones
del organismo.
Las medidas cuestionadas
son la reducción del Impuesto a Productos Industrializados (IPI),
específicamente al aplicado al sector automotriz, y las exigencias para la
apertura del mercado de telefonía 4G (cuarta generación).
Estados Unidos y Japón
cuestionarán la exigencia que el gobierno brasileño incluyó en la licitación de
la franja de 2,5 GHz de telefonía móvil, de que al menos el 60 por ciento de
las piezas y contenidos de los equipamientos y sistemas sean de fabricación
nacional.
Por su parte, Australia y
la Unión Europea criticarán la decisión de reducir el IPI a las montadoras que
realicen inversiones y fabriquen automóviles en el país. Esta medida se suma a
la adoptada en 2011, cuando el gobierno elevó la carga tributaria a vehículos
que tuvieran menos del 65 por ciento de piezas de fabricación nacional.
Fuente: El Economista