México, DF, 10
de octubre del 2012.- El expresidente del Banco
Nacional de México (Banamex), Agustín Legorreta Chauvet, apretó el micrófono
ante las miradas de decenas de estudiantes del Instituto Tecnológico Autónomo
de México (ITAM) y sentenció que actualmente “ya no existen banqueros, ni
bancos, son puros especuladores, en confabulación con políticos, ministros de
hacienda y gobernantes”.
La voz del banquero que vio pérdida su
institución crediticia cuando en 1982, José López Portillo nacionalizó la
banca, hizo eco en el Auditorio “Raúl Bailléres” del ITAM, enclavado en la
colonia Progreso Tizapán, al sur de la Ciudad de México.
Legorreta que el futuro del endeudamiento
que viven las economías avanzadas es incierto, “oscuro como la cueva de
Aladino”, precisamente por las especulaciones de los banqueros.
“El futuro es más oscuro que la cueva de
Aladino, porque no sabemos nadie, ni aquí, ni en Washington, ni en Europa,
Japón, ni China, cómo vamos a resolver el problema mundial de la banca, llamada
banca, porque ya no hay banqueros, ni hay bancos, son puros especuladores por
una confabulación de funcionarios, políticos, presidentes, ministros de
hacienda con los llamados banqueros”.
A decir, del expresidente de la Asociación
de Bancos de México (ABM), quienes pagarán la factura por el endeudamiento de
países como Italia, Grecia, España o Portugal serán los ciudadanos de a pie,
los ahorradores, o quienes piden prestado a los bancos.
“¿Qué va a suceder? No lo sé, pero alguien
tiene que perder el dinero y de una vez se los anticipo, vamos hacer todos los
que estamos aquí, porque las inversiones en los llamados bancos actuales están
en muchos casos en el aire”, advirtió.
Al participar en un foro sobre la
nacionalización de la banca, donde estuvieron presentes el exsecretario de
Hacienda, Jesús Silva-Herzog, y el académico Carlos Elizondo Mayer-Serra, el
también exmiembro del Consejo Coordinador Empresarial fue al fondo del asunto:
“la entrega de la banca a manos extranjeras”.
Ante las miradas de sorpresa de los
estudiantes, en su mayoría economistas, Agustín Legorreta soltó: “Hoy les
quiero decir que no hay país en el mundo que pueda desarrollarse sin un sistema
bancario y si el dinero que está en los bancos es de nosotros, ¿qué demonios
hacen los extranjeros manejando la banca mexicana’”
Inmediatamente ejemplificó con el caso
actual de Citigroup, grupo financiero que, aseguró, el único activo que tiene
es Banamex.
“Como ustedes saben el dueño del Banco
Nacional de México, el más viejo en este país, es Citibank. ¿Saben cuál es el
único activo de Citibank que vale la pena?, es el Banco Nacional de México,
porque todo lo demás se fue en las especulaciones se fue con las especulaciones
de los banqueros y benevolencia de los políticos y gobernantes”.
Luego reprochó la nacionalización de bancos
por parte de López Portillo, a quien calificó como “un engreído” que decía que
a los tres años discutía al filósofo alemán Friedrich Hegel, a lo que ironizó
“que yo sepa, el único que le habló a la Sinagoga a los tres años fue
Jesucristo”. Los alumnos colmaron el auditorio en risas.
Pero el ánimo de Legorreta dejaba ver un
aire de enojo en sus acusaciones hacia el expresidentes priista: “Fue un
capricho de un hombre que no fue un buen presidente; el problema de López
Portillo fue muy claro, un engreído que decía que a los tres años discutía
Hegel.
“Este señor, junto con cinco gentes,
hicieron lo que hoy es la banca de México, que no banca mexicana, es pura banca
extranjera”, prosiguió.
El también expresidentes del Consejo
Mexicano de Hombres de Negocios reflexionó sobre las funciones de la banca en
una nación:
“La banca es el eje de la confianza, porque
casualmente los banqueros no somos del sector privado, ni del sector público,
somos un bicho intermediario que manejamos, y eso es lo que los gobiernos desde
hace 30 años aquí en México no acaban de entender.”
Aclaró sobre el episodio de la
nacionalización de la banca y la posterior entrega a corporativos extranjeros:
“Manejamos la materia prima, que es el
ahorro de los mexicanos y que entre López Portillo, Salinas y Ernesto Zedillo,
le entregaron a la banca extranjera. Es una mentira de que no había gente que
quería seguir invirtiendo en México en la banca. Todo esto para mí fue un
complot que empezó hace 40 años.
“Los bancos mexicanos no quebramos, el que
quebró fue México, cómo querían que se pagarán los créditos de un millón y
medio de mexicanos que habían perdido los empleos”, dijo.
Efectivamente, durante su turno al
micrófono, Silva-Herzog recordó la frase
de López Portillo “defenderé el peso como perro”, y agregó que con esa
afirmación, el exmandatario pretendía ejercer el poder presidencial y detener
la salida de recursos del país.
Sucedió lo contrario, precisó, la salida de
capitales se agudizó. A tal punto que el 17 de febrero de 1982, se lleva a cabo
una devaluación del 40% del peso mexicano.
“Devaluación que se anuncia en Los Pinos
sin la presencia del secretario de Hacienda, cosa inusitada”, recordó.
“En aquellos años, las palabras más sonadas
en la población mexicana fueron devaluación, inflación, gasolinazos,
nacionalización, deuda externa, quiebra, desempleo…
“Consecuencias del crecimiento económico de
más del 8 por ciento o la época de la abundancia, como la llamó el mismo López
Portillo.
“Película que se repite actualmente en las
economías desarrolladas y que según el exministro de Hacienda en época de
Miguel de la Madrid “esa historia ya la he visto”.
Silva-Herzog destacó que “ha habido un
avance fenomenal” en términos macroeconómicos, comparado con los años ochenta.
“El déficit público en el año 82 fue de 17%
del PIB; hoy es menos del 1% o del 2% si queremos agregarle alguna cosa; la
inflación en aquel año fue de 100%, hoy en el 4.5%; el tipo de cambio se
devaluó en 500%; el tipo de interés era más de 100%, hoy es menor de 4.5%”,
precisó.
Sin embargo dejó claro que la futura
administración deberá poner sus esfuerzos en la creación de empleos y no
solamente en la estabilidad.
“Acá hay un dilema que está presente en la
discusión en Europa y en México, de lo que va hacer el gobierno de Enrique Peña
Nieto, si nos vamos por la estabilidad o vamos a cambiar el rumbo y vamos a
poner el acento al crecimiento y al empleo”.
Mientras el mensaje que Legorreta dejó a
los estudiantes de economía es que se conviertan en economistas “con sentido
humano”, no sólo expertos en cifras.
Fuente: apro