La Paz,
Bolivia, 25 de octubre del 2012.- El IBCE tiene el
agrado de presentar la edición N° 207 del Periódico "Comercio
Exterior", que titula "Sector Oleaginoso: Aporte Agroalimentario para
Bolivia y el Mundo", correspondiente al mes de Octubre del presente año.
Acerca del contenido de esta publicación
Dada la importancia que ha adquirido un
tema tan representativo en el ámbito productivo del país, como es el del sector
oleaginoso boliviano, el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) y la
Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO), como coeditores de la
presente edición, tienen el agrado de presentar la tercera versión sobre esta
temática para dar a conocer el aporte de la cadena productiva de la soya, como
impulsor de los cultivos de rotación a favor de la soberanía alimentaria del
país, generando exportaciones con valor agregado y empleos para los bolivianos.
Crecimiento Agroproductivo
En el ámbito social, el crecimiento
agroproductivo de las oleaginosas ha permitido generar decenas de miles de
empleos, beneficiando a más de 300 mil personas, considerando proveedores de
insumos, semilleras, transportistas, exportadores, financiadores, industrias,
centros de investigación, banca, y otros; y, a su vez, está garantizando la
"soberanía alimentaria" para el país...
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conozca la importancia del sector oleaginoso para Bolivia y el Mundo.
Texto
Dada la importancia que ha adquirido un
tema tan representativo en el ámbito productivo del país, como es el del sector
oleaginoso boliviano, el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) y la
Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO), como coeditores de la
presente edición, tienen el agrado de presentar la tercera versión sobre esta
temática para dar a conocer el aporte de la cadena productiva de la soya, como
impulsor de los cultivos de rotación a favor de la soberanía alimentaria del
país, generando exportaciones con valor agregado y empleos para los bolivianos.
El estudio “Bolivia: Desarrollo del Sector
Oleaginoso 1990- 2011” del Dr. Hernán Zeballos Hurtado, autor de numerosas
obras sobre economía agrícola y política ambiental, y Miembro de Número de la
Academia de Ciencias Económicas, presenta datos actualizados del sector
oleaginoso boliviano, con información estadística y un análisis pormenorizado
de su desarrollo.
En las últimas tres décadas, el sector
oleaginoso se ha convertido en el principal rubro de las Exportaciones No
Tradicionales para Bolivia, generando para el país más de 7.000 millones de
dólares, entre 1980 y 2011. La gestión pasada, la superficie sembrada de soya y
girasol fue de 1.031.900 hectáreas, el 41% del total nacional y el 63% del
Departamento de Santa Cruz, lo cual denota la importancia productiva del sector
como fuente generadora de alimento y empleo para los bolivianos.
En el ámbito social, el crecimiento
agroproductivo de las oleaginosas ha permitido generar decenas de miles de
empleos, beneficiando a más de 300 mil personas, considerando proveedores de
insumos, semilleras, transportistas, exportadores, financiadores, industrias,
centros de investigación, banca, y otros; y, a su vez, está garantizando la
“soberanía alimentaria” para el país con productos de valor agregado (tortas,
aceites, harinas), ya que motiva y empuja a que no solo se siembre soya, sino
también girasol, maíz, sorgo, arroz y trigo, siendo que estos productos son los
principales cultivos de rotación con la soya.
Adicionalmente a esto, el valor de la soya
en la cadena agroalimentaria de Bolivia es muy importante porque representa no
solo la producción de dicha oleaginosa que va destinada para ser transformada
en aceite, sino también en harina vegetal que es la que permite alimentar al
sector avícola, sector lechero, al sector porcinocultor, y que luego es
transformada en carne y alimento para la humanidad.
A nivel mundial hay una creciente demanda
de oleaginosas, principalmente por el aumento de consumo de China e India, lo
cual genera una oportunidad inmejorable para que el país pueda incrementar su
producción con miras su exportación.
Actualmente, las ventas externas de
oleaginosas se realizan en más de un 90% a Venezuela y los mercados andinos de
Colombia, Perú y Ecuador.
Para poder aprovechar un amplio mercado
global que demanda oleaginosas, es necesario trabajar, primero, a nivel local implementando
políticas públicas claras, que solucionen en definitiva problemas como la
seguridad jurídica para la tierra productiva; acceso a mercados externos; y
acceso al uso de semillas genéticamente modificada. La soya transgénica
significó un 92% del total de la producción, en 2011 y, algo muy importante:
Pequeños, medianos y grandes productores la usaron por sus ventajas técnicas,
económicas y ambientales.
Otro punto importante, es la eliminación de
las restricciones a las exportaciones de la soya, girasol y sus derivados, lo
cual genera un perjuicio al proceso productivo. De mantenerse la restricción a
las ventas externas de oleaginosas, puede repetirse el colapso de los silos
-como ocurrió hace tres años atrás-, por la necesidad de almacenamiento de
granos de maíz, girasol, sorgo, trigo y soya, a ser cosechados en breve, lo que
podría provocar pérdidas incalculables que, finalmente, terminan desmotivando
al productor en desmedro, una vez más, de la tan anhelada “soberanía
alimentaria” y la mejora económica de los agricultores, principalmente de los
más pequeños.
Fuente: IBCE