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lunes, 29 de octubre de 2012

Los problemas de 2012



Buenos Aires, Argentina, 28 de octubre del 2012.- Cepo cambiario, inflación y un creciente control hacia los productos importados, ha sido el cóctel difícil de digerir para la gran mayoría de los negocios en la provincia durante este año.

Para este grupo de empresarias, 2012, que ya casi finaliza, dejó preocupaciones, pero también de ellas derivaron nuevas estrategias aprendidas.
Las compras anticipadas y el tener una capacidad de stock de su mercadería es lo que le ha permitido a Stella Ortz resistir los embates del alza constante de los precios. “Compro telas de industria nacional, que en promedio tienen un incremento de sus precios del 4% mensual. Esto hace que tengan un alza superior al 45% anual. Para poder evitar tantas subas realizo compras grandes de mercadería y trato de adelantar pedidos. Por ejemplo, el año que viene, como se adelantaron las clases, me favorece para comenzar el mes que viene a crear los uniformes de 2013”, explicó Stella.
En el caso de Silvana Biagiotti, todas la nuevas variables económicas –como cepo cambiario y control de las importaciones– repercutieron directamente en el corazón de su negocio. “El control a los cambios de divisas extranjeras nos influye porque trabajo con organismos internacionales. Si bien tenemos ingresos de divisas en dólares, el problema es que no las podemos enviar al exterior. En este contexto las sociedades científicas y las asociaciones empresariales del exterior están pensando que ingresen dólares por pagos, pero que no se administren sus eventos desde Argentina. El generar tantas explicaciones en la Afip hace que cunda el temor entre los organizadores de eventos”, explicó Silvana.
El otro inconveniente que generaron en la empresaria las nuevas reglas de juego de la economía está marcado por la inflación. Si bien el alza de precios fue destacada por todas sus colegas, en el caso de Silvana cobra ribetes preocupantes.
“Los presupuestos de los congresos se hacen en dólares y tenemos que hacer una propuesta para dos o tres años. No puedo decirle a mi cliente en el 2015 que el presupuesto es un 70% más caro”, explica Silvana.
Laura Goenaga se preocupa por las trabas a las importaciones. “Desde que se cerró la importación de insumos para la industria vitivinícola, faltan papeles para las etiquetas. Día a día estamos estudiando alternativas de productos sustitutos, pero no siempre poseen la calidad de los que trabajábamos antes”.
Fuente: Los Andes
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