Quito, Ecuador,
15 de octubre del 2012.- El 18 de mayo del 2009, el
entonces titular de la Senplades, René Ramírez, exponía en rueda de prensa las
estrategias para implantar un nuevo modelo de redistribución de la riqueza
nacional. Dentro del plan, que iba hasta el 2013, constaba la sustitución
selectiva de importaciones en siete sectores: bioquímica, petroquímica,
metalmecánica, medicamentos, bioenergía, hardware y software, y servicios
turísticos y ambientales. El anuncio se daba a pocos meses de que el Gobierno
aplicara una fuerte política de restricción a las importaciones.
Su ejecutora,
la entonces ministra coordinadora de la Producción, Nathalie Cely, exigía
además que la industria ensambladora de electrodomésticos y de vehículos,
generara mayor valor agregado nacional. Tres años y medio después de esos
anuncios, los resultados de las políticas son pobres, según las cifras del
propio Régimen. Y ello es una consecuencia de la falta de reglas y estrategias
claras en ese sentido, sostienen los representantes de la industria (ver notas
compartidas). El actual titular de la Senplades, Fander Falconí, informó hace
un par de semanas que la participación de la industria en la producción total
del país (PIB) apenas creció una décima de punto, pasando del 15,4 al 15,5%
durante el período 2006-2011. La misma Senplades reveló, en una presentación
realizada en la Presidencia de la República, que no hay avances en la
sustitución de importaciones de los sectores prioritarios definidos en el
Código de la Producción. Según cifras de esa presentación, en los sectores de
plásticos, productos químicos, metalmecánica y hardware, las importaciones, en
lugar de bajar, aumentaron entre el 2007 y el 2011. Para el analista Walter
Spurrier, todo ello demuestra que el Gobierno ha “perdido el año” en cuanto a
política industrial, ya que “las iniciativas presentadas para cambiar la matriz
productiva se han contrapuesto unas con otras y quienes podrían querer
invertir, están desorientados”. Por ejemplo, en el sector farmacéutico, se buscan
mayores inversiones pero se levanta una empresa nacional que podría llevarse
las compras del Estado. El sector de la petroquímica no tendrá avances hasta la
construcción de la nueva refinería y la agroindustria no se verá motivada por
falta de acuerdos comerciales. En ese escenario, el Gobierno plantea un nuevo
plan de sustitución a implementarse en 16 años para reemplazar, en un inicio,
las compras de champú o papel higiénico y avanzar hacia la petroquímica cuando
se concrete la Refinería del Pacífico. Metalmecánica, sin estímulos El sector
metalmecánico, incluido por el Gobierno en la lista de las 14 apuestas
productivas, ha tenido escasos incentivos para seguir creciendo. La balanza
comercial del sector que incluye fundiciones y manufacturas de hierro y acero,
registra un déficit acumulado de USD 4 500 millones en cinco años, según la
Federación de Industrias del Metal (Fedimetal). Guillermo Pavón, titular del
gremio, dice que en ese período no se ha implementado un plan para sustituir
importaciones.
Ello, pese a que las empresas tienen hasta
un 40% de su capacidad instalada sin operar. Pavón añade que contrario a
percibir incentivos, las empresas se sienten al margen de la construcción de
grandes obras de infraestructura estatal como las centrales hidroeléctricas.
Aunque reconoce que hay más demanda de materiales de construcción, esta viene
básicamente del sector privado. El gerente de Sertecpet, compañía que fabrica
bombas para pozos petroleros, Eduardo López, coincide en que hay deficiencias
en la contratación de bienes para los proyectos estatales, en los cuales se
debería priorizar el producto nacional, sin bajar los niveles de calidad. Más
compras de línea blanca El sector productor nacional de línea blanca creció un
26,5% en los últimos cuatro años. Pese a ello, no ha acordado con el Gobierno
un programa de sustitución de importaciones, explica el presidente de la
Asociación de Industriales de Línea Blanca, Javier Mora. En el país se fabrican
refrigeradoras, congeladores, vitrinas, cocinas y cocinetas. El 50% del costo
de producción se considera como valor agregado nacional, dice Mora, ya que las
materias primas como hierro y plástico no se producen en el país. Pese al
crecimiento del sector y las restricciones a las importaciones (aranceles entre
el 20 y 30%), la importación de estos bienes ha aumentado un 45% en promedio en
los dos últimos años. Mora añade que el sector de línea blanca podría crecer
más y cubrir las importaciones en base a políticas claras. En ese sentido,
destaca que en el 2010, el presidente Correa estableció, en el Decreto 265, que
se compense al sector con créditos tributarios debido a las sanciones
arancelarias, de hasta el 15%, impuestas por la Comunidad Andina de Naciones
(CAN). Esta compensación, sin embargo, no se ha cumplido hasta el momento, dice
Mora. Cupos en el mercado de autos Entre el Gobierno y el sector automotor aún
persiste la pugna por la determinación del componente nacional de los vehículos
ensamblados en el país. El presidente de la Cámara de la Industria Automotriz
(Cinae), Patricio Sánchez, indicó que la metodología para esta evaluación debía
implementarla el Consejo de Comercio Exterior desde junio y aún no lo hace.
Además, en noviembre del 2010 se llegó a un acuerdo con el Ministerio de
Industrias para que se incluyan más autopartes nacionales en el ensamblaje de
vehículos, bajo el esquema de sustituir importaciones y que ello se está
cumpliendo en un 24,30%, de acuerdo con la metodología de la CAN. El Gobierno,
en cambio, habla solo de 14%. La industria automotriz enfrentó este año una
limitación de cupos para importar CKD o piezas que se usan en el ensamblaje.
Adicionalmente, estas piezas tienen que pagar aranceles de entre el 4 y 35%.
Sin embargo, para Juan Bermeo, gerente de Indima, productora de sistemas de
escapes, la medida de sustitución de importaciones en el sector ha permitido
que los autopartistas crezcan añadiendo tecnología y calidad a sus industrias.
Medicinas sin definiciones La industria farmacéutica nacional ha aumentado su
participación de manera importante, al pasar de proveer el 14% de las compras
públicas de medicamentos al 50%, según cifras de la Cámara de Industriales
Farmacéuticos Ecuatorianos (CIFE). La titular de la agrupación, Juana Ramos,
destaca, sin embargo, que ello representa menos del 30% del mercado total de
medicinas del país, pese a que la industria local está en capacidad de superar
el 60% de todo lo que consume el mercado. Advierte que aún no hay definiciones
determinantes de parte del Estado para alcanzar ese mercado. En un inicio se
habló de 70 productos básicos que se definirían en el Ministerio de Industrias,
pero luego de casi un año no se ha concretado. Aún se esperan definiciones en
este aspecto. Mientras tanto, avanza el trabajo de la Empresa Nacional de
Fármacos (Enfarma). Según su gerente, Carlos Cornejo, el próximo año se
definirán convenios con laboratorios nacionales para producir medicamentos con
el fin de avanzar en el esquema de sustitución de importaciones. La empresa
pública Enfarma se creó mediante decreto el 21 de diciembre del 2009.
Fuente: El Comercio