Washington, EU, 22 de octubre del 2012.- Por mucho tiempo, Chile fue una superestrella en términos de reformas
liberalizadoras y estrategias innovadoras para el crecimiento a través de las
exportaciones. El país ya exporta exitosamente servicios turísticos y de
transporte.
Sin embargo, y de alguna
manera, estos logros son noticias del pasado. El desempeño chileno en términos
de exportación de servicios modernos — Internet y tecnologías de la
comunicación, subcontratación de procesos empresariales — ha sido menos notable
(i). Chile no es India.
¿Qué significa esto para
un país que se ha hecho famoso por perseguir políticas económicas muy sólidas?
¿Está haciendo algo mal el gobierno? ¿Está atascado el país? Una mirada a la
manera en que se interpreta la información sobre servicios puede
proporcionarnos una respuesta diferente.Tal vez la reputación de Chile esté
simplemente siendo víctima de imprecisiones estadísticas.
Un proyecto en curso en
el Departamento de Comercio Internacional, con la ayuda del Profesor Joseph
François de la Universidad Johannes Kepler de Linz, podría arrojar luz sobre
este misterio. Presenta una visión más amplia sobre los servicios que va más
allá de aquellos que se exportan. Utilizando una nueva base de datos, evalúa
tanto la contribución directa como indirecta de los servicios al total de las
exportaciones.
Normalmente, un país
requiere de un número de servicios para llegar al resto del mundo — para
exportar tanto bienes como servicios. Esta importante base doméstica incluye
servicios que faciliten las TIC, servicios bancarios y de seguros, servicios de
distribución y servicios profesionales. Estos insumos indirectos se conocen
como “vínculos sectoriales progresivos” y normalmente respaldan otras
actividades económicas más allá del comercio.
Un ejemplo concreto del
tremendo valor agregado generado por estos servicios comerciales puede
observarse en un informe de hace varios años sobre las exportaciones chilenas
de uva a Nueva York. La investigación de la CEPAL de 1989 descubrió que, aun
después de excluir los servicios de transporte, alrededor del 74 por ciento del
valor de las uvas chilenas en una tienda neoyorquina correspondía a aportes del
sector servicios.
Cuando utilizamos esta
metodología para evaluar la importancia general de los servicios chilenos
(excluyendo los servicios de transporte) para las exportaciones, concluimos que
la contribución de los servicios al comercio total es mucho más importante de
lo esperado. Según mediciones convencionales, los servicios apenas representan
el 3 por ciento de las exportaciones totales.
Esta proporción es una de
las más bajas del mundo. Si medimos la contribución total de los servicios
(incluyendo los vínculos sectoriales progresivos) a las exportaciones chilenas,
encontramos que los servicios representan el 19 por ciento del valor exportado.
De hecho, esta proporción
es más elevada que en otros exportadores de servicios exitosos como Brasil o
Filipinas o que entre países de ingreso alto/medio. Y es un porcentaje estable
— ha permanecido en este nivel desde 1994.
Fuente: Banco Mundial