Higerillas,
Querétaro, México, 17 de septiembre del 2012.- El
19 de noviembre de 1985, Rodolfo Neri Vela, se convirtió en el primer
astronauta mexicano al formar parte de la tripulación del transbordador
espacial Atlantis, Neri Vela entre otras cosas realizó varios experimentos de
germinación de semillas nativas de México en el espacio exterior, en particular
del amaranto.
A raíz de ello, la Agencia Espacial
Norteamericana (NASA), adoptó este alimento como parte oficial de la dieta de
sus astronautas por su alto valor nutrimental específicamente por sus niveles
de calcio ya que los viajeros están expuestos a una descalcificación súbita y
profunda.
Del espacio exterior aterrizó el amaranto
en la Sierra Gorda de Querétaro, sus beneficios nutricionales literalmente
salvaron de la inanición y de la desnutrición a familias enteras que sobreviven
en distintos pueblos y rancherías de ese lugar.
Esfuerzos encabezados por la asociación
civil México Tierra de Amaranto (MTA) y apoyados por la fundación Walmart entre
otras así como del gobierno del ese estado, han permitido que habitantes de 13
municipios de alta y media marginación de Querétaro salgan adelante.
Patricia Cervantes madre de cinco hijos y
con 40 años de edad, se emociona al hablar del amaranto, promotora de la
estación dedicada al blanqueado de la hoja, reconoce que antes de dedicarse a
esta actividad no tenía materialmente nada.
“Desde la ropa que me ponía era prestada,
orgullosamente hoy puedo decir que los zapatos que traigo me los compré yo,
además estaba muy gorda pero por la misma desnutrición y mis hijos eran de
bajas calificaciones de cinco para abajo”, reveló.
“Ahora todos ellos además de estudiar son
amaranteros y van bien en la escuela, hasta el que era más burrito ya no
reprueba, dicen que es por la semilla, ahora colaboro en el Centro de Valor
Agregado del Amaranto (CENVA) que es hijo de la fundación MTA y ahí
desarrollamos varios productos que comercializamos”, destacó Patricia.
Dichos productos van mucho más allá de las
famosas Alegrías, con las hojas y semillas de la planta se pueden elaborar,
tortillas, pan, frituras, pastas, lasagna, cremas para sopa, mazapanes, helados
y nieves, el CENVA apoyado por Fundación Walmart, comercializa estos productos
a mediana escala sobre todo en Querétaro.
Mary Delano, directora de la fundación
México Tierra de Amaranto comentó a EL UNIVERSAL que lleva ya más de seis años
con este esfuerzo, ingeniero bioquímico y dedicada a la academia en Querétaro,
se decidió gracias a su hermano científico, a impulsar el desarrollo de la
semilla.
“No era posible que esta bomba nutricional
oriunda de México, con grandes propiedades agronómicas y regeneradora del suelo
no estuviera desarrollada en México, yo comencé participando en varios
concursos científicos y académicos que fueron la base para todo esto”, aseguró.
Literalmente como misionera, recorrió
municipios llevando la voz y la esperanza del amaranto, tratando de convencer a
hombres y mujeres de sus bondades, la comida fue el gancho y así comenzaron a
preparar platillos con amaranto gracias a ello pudieron entrar a las
comunidades.
Mary considera que el amaranto en México no
se ha desarrollado por varias razones, “el amaranto es la promesa mundial, hay
otros proyectos que han trabajado, en Oaxaca por ejemplo, y el que ganó Iniciativa
México, pero nosotros lo vemos como una estrategia nacional”, aseguró.
Fuente: El Universal