México, DF, 2
de octubre del 2012.- El Gobierno de México anunció
que permanecerá atento a la decisión que tome el Departamento de Comercio de
Estados Unidos en relación con las importaciones de tomate mexicano, y que de
no cumplirse con las prácticas comerciales internacionales “puede considerar
establecer represalias” comerciales.
El subsecretario de Comercio Exterior de la
Secretaría de Economía, Francisco de Rosenzweig, reiteró sin embargo que en
este momento México sostiene acercamientos con el gobierno estadounidense para
tratar de llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes.
Desde el pasado mes de junio, a petición de
los productores de tomate de Florida, Estados Unidos emitió una decisión
preliminar para poner fin al acuerdo que, desde hace 16 años, fija los precios
de las importaciones de tomate mexicano, y que de aprobarse encarecería el
producto nacional para su exportación a ese país.
El funcionario mexicano reveló que ya se
realizaron un par de reuniones entre autoridades comerciales de ambos países y
hoy viaja a Washington para tener un tercer encuentro.
Entrevistado luego de participar en el Foro
México-Polonia en esta ciudad, dijo: “Hay que estar atento de la decisión final
que se emita y de no cumplirse con las prácticas comerciales internacionales,
México puede considerar establecer represalias” comerciales.
“Dependerá de la decisión y por la cuantía
que puede implicar la afectación conforme a los lineamientos de la Organización
Mundial del Comercio”, aclaró.
Sin embargo, explicó que con esta decisión
preliminar y unilateral, a la que atribuyen intereses políticos debido a las
campañas electorales que se realizan en el vecino país, las autoridades
mexicanas continuarán firmes en el hecho de que al amparo de esta suspensión
hay un capítulo que prevé la revisión y una solución de controversias.
Desde el pasado 15 de agosto, el gobierno
mexicano solicitó iniciar este proceso y hoy se espera el plazo de 30 días que
tiene el Departamento de Comercio de Estados Unidos para hacer valer sus
argumentos.
Primero, dijo, se debe entender que los
productores que demandaron la suspensión del acuerdo no tienen la
representación nacional en Estados Unidos, porque legalmente se requiere al
menos 85 por ciento para darlo por terminado y hoy representan sólo 52 por
ciento.
De acuerdo con el funcionario mexicano, el
segundo argumento es que se avanza de manera expedita y los procesos de
consulta son demasiado cortos y conforme a las normas deben llevar
aproximadamente nueve meses.
“De ahí que hemos hecho un llamado firme al
Departamento de Comercio (de Estados Unidos) con el propósito de que el proceso
se lleve a cabo de manera ajena al proceso electoral en ese país”, expuso De
Rosenzweig.
En los encuentros que se tienen, dijo,
México trata de entender las demandas e inquietudes porque al final del día,
después de 16 años, no ha habido violaciones por parte de la industria del
tomate mexicana.
Entonces, por eso es el desconcierto,
porque se pretende tirar un acuerdo que ha funcionado bien y permitido
beneficiar a los consumidores estadounidenses a precios competitivos y con un
producto de calidad, en donde México ha triplicado sus exportaciones durante 16
años, argumentó.
“Lo que trataremos es analizarlos y
explorar una respuesta satisfactoria para nuestra industria”, añadió el
funcionario de la Secretaría de Economía.
Durante el año pasado, el intercambio
comercial de tomates hacia el vecino país rebasó la cifra de 1.8 mil millones
de dólares en beneficio de exportadores, comercializadores, trabajadores de la
agroindustria y del consumidor estadounidense.
Fuente: Notisistema