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miércoles, 24 de octubre de 2012

¿Integración económica o socialismo bolivariano?



Opinión
El proceso de integración latinoamericano ha tenido más fracasos que éxitos.
La entrada de Venezuela a Mercosur dificultará las negociaciones con ese organismo regional. Los empresarios venezolanos han manifestado que el sector industrial no está en condiciones para competir con Argentina, Brasil y Uruguay, y muchos ven el ingreso como “una gran amenaza”.
Bogotá, Colombia, 23 de octubre del 2012.- Históricamente, el proceso de integración económica de América Latina se inició en 1950 por una propuesta de la Cepal, y culminó en 1960 con el Tratado de Montevideo, el cual fundó la Alalc, proceso que finalizó con la creación de la Aladi en 1980.
En 1969, nace el Grupo Andino y en 1973 se retira Venezuela. En 1991, se creó Mercosur y en 1993 el Mercado Común Centroamericano (Mcca).
El proceso de integración latinoamericano ha tenido más fracasos que éxitos. Ha sido una proliferación de acuerdos subregionales, bilaterales y plurilaterales que han dividido a la región en lugar de unirla para obtener un grado de desarrollo más avanzado.
En las últimas décadas del siglo pasado, el tema de la integración económica fue muy estudiado, surgieron numerosas ideas, propuestas, negociaciones y planes para lograr integrar las economías de la región.
El Banco Interamericano de Desarrollo ha llamado a la integración “una meta huidiza”.
Es importante señalar que para la misma época, Europa inicia su proceso de integración a través del Tratado de Roma, en 1957, y posteriormente la creación de la Unión Europea, en 1993, trece años después de América Latina.
En 1991, se constituye Mercosur, con unas metas de gran alcance, como convertirse en un “mercado común subregional”.
El Tratado de Asunción señala el acuerdo de los cuatro países signatarios (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) como liberación del movimiento de la mano de obra y de capitales, coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales.
El cuatro de julio del 2006 se suscribió un Protocolo de Adhesión, mediante el cual Venezuela se constituía como Estado-Parte del Mercosur (Art. 10).
Este instrumento de adhesión aún no ha entrado en vigor, debido a que hasta la fecha no ha sido ratificado por el parlamento de Paraguay, el cual alega falta de democracia, por lo que la vinculación legal de Venezuela sigue siendo como Estado asociado.
Pasados seis años, llega a la presidencia paraguaya Fernando Lugo, pero a pesar de su pensamiento y actitud de apoyo a Venezuela, no logró la adhesión por no contar con mayoría parlamentaria.
La respuesta fue que los diputados y senadores se pusieron de acuerdo para llevar a cabo un juicio político exprés, el 22 de junio del 2012, en el Senado.
Luego, el resultado de este fue evaluado por los gobiernos de Mercosur en una reunión en Mendoza, Argentina, como una ruptura del orden democrático y tomaron la decisión de suspender a Paraguay hasta que retome la democracia.
He aquí una acción, no autodeterminación, de los pueblos para acomodar la entrada de Venezuela a Mercosur. La suspensión de Paraguay permitió a los presidentes de Brasil, Argentina y Uruguay convocar a una cumbre extraordinaria a celebrar en fecha señalada en Río de Janeiro, donde decidirían la incorporación plena de la República Bolivariana de Venezuela a Mercosur.
Los actores políticos responsables del golpe de Estado parlamentario fueron fueron los que siempre se negaron a avalar el ingreso de Venezuela, con la excusa del antidemocrático Gobierno del presidente Hugo Chávez.
En Brasilia, donde se llevó a cabo el acto de ingreso de Venezuela a Mercosur, Chávez, a su llegada, dijo: “este es nuestro rumbo, el sur.
Es nuestra verdadera perspectiva histórica y nuestra dimensión geográfica”. Este hecho es la creación del eje Caracas-Brasilia-Buenos Aires.
El presidente Chávez celebró una vez más su accionar imperialista en América Latina, logrando una de sus más altas aspiraciones geopolíticas, haciendo alianzas comerciales con países de sur, que obtienen acceso directo a las enormes reservas petroleras venezolanas, y, además, tienen la alternativa de inundar con sus productos el mercado venezolano.
¿Qué logrará Chávez a cambio? Réditos políticos más que económicos. Incrementará su influencia en la región y consolidará el bloque de izquierdas en una institución económica y no política.
La relación costo-beneficio es muy alta, ya que tuvieron que suspender a Paraguay por la vía de la destitución presidencial a Fernando Lugo para forzar la entrada de Caracas. “Chávez puede terminar politizando un organismo que se pretendía eminentemente comercial”, afirma Valentina Lares Martiz.
Fabiana Frayssinet considera que la Unión Europea cree que la entrada de Venezuela a Mercosur dificultará las negociaciones con ese organismo regional.
Los empresarios venezolanos han manifestado que el sector industrial no está en condiciones para competir con Argentina, Brasil y Uruguay, y muchos han considerado el ingreso como “una gran amenaza”. Además, el modelo socialista de Chávez tiene en contra del prototipo Mercosur el control de cambios y las expropiaciones.
Mercosur ha dado un gran paso de la integración económica a una integración ideológica-política.
Fernando Llinás
Toledo Consultor privado
Fuente: Portafolio
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