Exhiben fotos
familiares, reproducciones de objetos personales y mapas
Lima, Perú, 6
de octubre del 2012.- Caballerosidad y patriotismo.
Dos cualidades que enmarcaron el comportamiento del jefe de la escuadra peruana
durante la Guerra del Pacífico, Miguel Grau Seminario, fallecido el 8 de
octubre de hace 133 años durante el combate de Angamos.
En el interior del inmueble lo primero que
resalta es un monumento a la memoria del comandante del Huáscar, a pocos metros
de gigantografías dedicadas a su persona como político e integrante de la
Marina.
Lo que fuera su hogar, ubicado en la
primera cuadra del jirón Huancavelica, en el Centro Histórico de Lima, es en la
actualidad un museo que reúne sus pertenencias como oficial naval, y explora a
la vez su figura como hombre de familia.
“La experiencia como marino mercante le
permitió a Grau desempeñar una gran labor cuando ingresó a la Marina de Guerra
a los 19 años de edad. Al ser muy joven era muy aguerrido y sobresaliente en el
mar”, señala Jaime Romero, director de Museo Naval Casa Grau, donde el
Caballero de los Mares vivió durante 12 años, al lado de su esposa, Dolores
Cabero, y de sus hijos.
Oficial y caballero
En el interior del inmueble lo primero que
resalta es un monumento a la memoria de Grau, a pocos metros de gigantografías
dedicadas a su persona en distintos momentos de su vida política y como
integrante de la Marina.
En el segundo piso pueden observarse los
mapas con las rutas que emprendió el almirante peruano en la Marina Mercante a
diversos puertos alrededor del mundo, como Hong Kong, Hawái, California,
Australia, entre otros –recordemos que Grau se hace marino civil a los 8 años
de edad cuando se embarca en un bergantín con permiso de su padre, Juan Manuel
Grau y Berrío–.
En otro ambiente de este piso encontramos
objetos personales del legendario comandante del Huáscar, como la espada que
recibió como oficial de la Marina de Guerra del Perú y el bastón de madera que
obtuvo cuando fue asumió el cargo de diputado por Paita en el año 1876. Otros
elementos puestos en exhibición son los manuscritos y cartas del almirante y
estampillas conmemorativas.
Uno de los espacios que remiten a la vida
familiar del héroe es el comedor donde pasó largas horas con su esposa e hijos,
entre desayunos, almuerzos y cenas. Más allá, en la sala, se encuentra una mesa
original de mármol y un candelabro a gas usado por los Grau.
En ambos lugares, un conjunto de
fotografías recorre episodios diversos en la vida del almirante, como la
familia, el Huáscar y algunos de sus sobrevivientes –el grumete Medina uno de
ellos–, o las imágenes de su funeral, tras caer heroicamente en Angamos, a los
45 años de edad.
Fuente: El Peruano