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lunes, 17 de septiembre de 2012

CABA: recuperemos nuestro comercio exterior, la ciudad es competitiva



CABA: recuperemos nuestro comercio exterior, la ciudad es competitiva
La ciudad de Buenos Aires debe recuperar su participación en el P.B.I. nacional que ha ido perdiendo con el tiempo. Por Juan Recce.*
Buenos Aires, Argentina, 16 de septiembre del 2012.- La participación del comercio exterior de la Ciudad en las exportaciones nacionales se contrae en términos relativos a un ritmo del 7,7% anual desde 2002 y a un ritmo del 9,4% anual desde 2007 hasta la fecha. En dos décadas la participación de la Ciudad en la balanza  exportadora se redujo a una cuarta parte del total histórico.
Detrás de la caída de la participación en la exportación, esta la caída de la actividad manufacturera porteña. Los cordones de prosperidad del centro norte de la ciudad no son afectados, pero en los barrios de menor poder adquisitivo que viven de la producción real, se siente la caída del Producto Bruto Geográfico porque viven de la economía real, es decir de la producción.  Este es un problema serio del que los porteños debemos ocuparnos rápidamente.
La Ciudad de Buenos Aires no ha logrado revertir su rol histórico en el contrato federal y ese es uno de los problemas más importantes para lo porteños. En CABA se administra gran parte de la riqueza “material” del país y se genera muy poca, aunque un poco más de lo que se exporta. La Ciudad está en condiciones de tener una participación aun mayor en la balanza exportadora nacional. Con objetivos claros y políticas sostenidas, la Ciudad tendría que lograr en menos de cuatro años recuperar y superar su histórico 2% de participación en la balanza exportadora. Esto derramaría positivamente al poder fiscal del estado autónomo y lógicamente la capacidad de obra pública, asistencia social y empleo, puesto que tiene que ver con como los porteños generamos nuestra propia riqueza.
Mientras  el país ha crecido en torno al comercio exterior y la producción, la ciudad lo ha hecho gracias a las intermediaciones financieras y la maquinaria de consumo (comercio), fundamentalmente del AMBA. El 10% del PBI porteño proviene de intermediaciones financieras, es el primer intermediador financiero nacional. Este es un sector en franca expansión. Es imperioso que tengamos en consideración que nada de todo esto sucedería sino fuera por la dinámica federal. Estamos frente a un gran desafío: la real autonomía macroeconómica de los porteños y su real aportación al crecimiento del país.
Aún ausente de las discusiones partidarias con vistas a las elecciones del año próximo, el rumbo de la matriz de comercio exterior de la Ciudad de Buenos Aires ocupa un lugar cada vez menos significativo en la economía local. Esta constituye una cuestión estructural indispensable para pensar el futuro de la economía de los porteños que aun escapa al imaginario político del electorado. Se trata del drenaje silencio de una de las fuentes de poder adquisitivo más genuina de los porteños, que pierde espacio frente intermediación financiera y los servicios. El comercio exterior de la Ciudad no ha logrado acompañar la dinámica del desempeño del comercio exterior nacional. La participación de la Ciudad de Buenos Aires en el flujo de exportaciones nacionales ocupa un lugar cada vez menos significativo. Si bien el gobierno local, logró recomponer en términos absolutos el volumen de las exportaciones de mediados de la década de los noventa, se registra una caída ininterrumpida del nivel participación de las exportaciones de la Ciudad en las exportaciones nacionales. Estas eran cercanas al 2% del total nacional en 1994 y hoy no llegan ni al 0,52% del total exportado por el país. En dos décadas la participación de la Ciudad en la balanza  exportadora se redujo a una cuarta parte del total histórico.
Está pendiente tuvo un punto de quiebre a principios de siglo, tocando su primer piso histórico en 2002, con un 0,79% y cayendo anualmente de manera sostenida hasta llegar a su máximo piso historio de 0,52% en 2011. Esto se traduce en que la participación del comercio exterior de la Ciudad se contrae en términos relativos a un ritmo del 7,7% anual desde 2002 y a un ritmo del 9,4% anual desde 2007 hasta la fecha.
¿Qué implica esto? En un primer lugar, desde un análisis muy profundo, que el PBI de los porteños es altamente interdependiente de lo que sucede a nivel país, fundamentalmente de lo que acontece en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y en el interior de la Provincia de Buenos Aires. El consumo del mercado AMBA explica en gran medida el dinamismo de la economía porteña. Muy a contrario sensu de lo que se cree, la Ciudad de Buenos Aires es traccionada por la locomotora federal, y fundamentalmente la Provincia de Buenos Aires.
Ahora bien, ¿Qué exportamos los porteños que al mundo le interesa y deberíamos exportar más? En primer lugar, productos químicos y farmacéuticos, que sí solos representan el 34,8% de las exportaciones de la ciudad, apenas unos 118 millones de dólares. La ventaja relativa más importante de la ciudad sigue estando en la exportación de bienes industriales, los que representan el 65,3% del total.
La Ciudad de Buenos Aires está en condiciones de aportar mucho más que el 25 % del PBI Nacional, sobre todo, si consideramos que de ese total, solo un 16% se corresponde a  PBI Industrial. Por obvias razonas, la Ciudad no puede aportar PBI agropecuario, pero si manufacturas de origen industrial.
Tenemos quienes nos compre: después de Alemania, nuestro primer socio comercial individual (16%), UNASUR explica el 43,4% de nuestros destinos de exportación, con el MERCOSUR a la cabeza (24,5%). Hoy América del Sur impulsa el comercio porteño y lo salva de su extinción.
Repensar el rol de la Ciudad en la balanza exportadora de la Nación y replantearse estrategias de crecimiento económico de arraigo en la “riqueza material” es pensar localmente y actuar federal y globalmente por el bien de los porteños. Este es el tipo de información estratégica al que los porteños deberían acceder al momento de pensar el futuro político de la Ciudad.  Una ciudad realmente autónoma, artífice de su propio destino y socio de la prosperidad del contrato federal, deviene en gran medida de redireccionar el rol macroeconómico de la Ciudad, por el bien del país y por el bien de los porteños. Estamos juntos en el mismo barco.
Fuente: Nuestro Mar
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