Columna
3 de febrero del 2010
Barlovento
Maltratados
Por Raúl Hernández R.
Entre tratados te veas… Y es que la verdad que da muina la actitud
servil del presidente de México que en forma mansa y cobarde acepta todo lo que
el gobierno de Estados Unidos le impone. Mire que malbaratar el patrimonio
nacional y prometer respetar y hacer respetar el Tratado… Claro, su idea: sacar
unos pesos y, a falta de legitimidad, mantenerse en el poder a toda costa. A
pesar de ver que el pueblo demuestra estar dispuesto a luchar hasta la muerte
por defender su soberanía, maltratado lector.
Me refiero a Antonio López de Santa Ana, por supuesto. Resulta que hace
160 años el gobierno de México firma con el de Estados Unidos, el Tratado Guadalupe Hidalgo (Treaty of
Guadalupe Hidalgo) con el que se da fin a la guerra con los queridos primos y
con el que México cede la mitad de su territorio que comprenden hoy los estados
de California, Arizona, Nevada y… ¡Utah!, así como parte de Colorado, Nuevo
México y Wyoming, a cambio de 15 millones de dólares (algo así como 320
millones de dólares actuales. ¡Vamos, cien más de lo que le encontraron al
chino), malbaratado lector.
Con esa “diplomática manera” de negociar que tienen nuestros amistosos
vecinos de “si no coopelas, cuello”,
ya parece que el presidente de México va a mandar a las fuerzas armadas para
defender a la patria. El ejército con trabajos puede sostener al mandatario ilegítimo
que con torpe, ineficaz y pueril política migratoria, pretende resolver los
graves problemas de miles de mexicanos y que al contrario, da origen al
conflicto. Claro que me sigo refiriendo a Don Antonio López de Santa Ana, malpensado lector.
Muchos mexicanos que habían sido derrotados en Coyoacán, amigos de JohnRiley, el comandante católico irlandés del Batallón de San Patricio, trabados
de rabia, vieron hondear la bandera de las barras y las estrellas en el Zócalo,
(ahí donde Marcelo instaló la pista de hielo disque más grande del mundo),
mientras que los padres de “decentes” y “bien acomodadas” familias mexicanas
ofrecían fiestas de gala a los oficiales gringos para presentarles a las hijas
“en edad de merecer”. En la calle, la tropa de los güeritos se dedicaba a saquear
domicilios de familias humildes, de gente de pueblo que había combatido
valientemente; violar a mujeres y matar a todos los que se pararan en frente.
Que conste que sigo hablando de la Intervención Norteamericana de 1847, malagradecido lector.
La historia nos enseña, pero no aprendemos. Afortunadamente el pueblo,
la raza, los de abajo, son valientes. Esos si se manifiestan, protestan y hasta
han llegado a apedrear al gobernante que obedece al pie de la letra los
dictados de los españoles que quieren llevarse nuestras riquezas y lo obligan a
hacer el ridículo ante sus gobernados en plena plaza pública. Me refiero esta
vez a Moctezuma, que, obligado por Hernán Cortes, arenga al pueblo y éste le
contesta con pedradas, malacostumbrado
lector.
Por desgracia, en busca de legitimidad y con el fin de aminorar las
divisiones internas producto de elecciones poco democráticas, el presidente de
México trata de conseguir el reconocimiento de su gobierno ante gobiernos
extranjeros. Asunto prioritario para evitar la constante amenaza de conflicto
con inversionistas por el respeto al Artículo 27 Constitucional que exige su
adversario político. La influencia nacionalista del opositor que pretende
romper toda dependencia económica con el extranjero es fuerte. Dada la
situación del país, el presidente de México considera que son necesarias las
inversiones extranjeras para reconstruir la economía y crear empleos, por lo
que es calificado de traidor. Me refiero, claro, a Álvaro Obregón, que firma el
13 de agosto de 1923 los Tratados deBucareli. Una de las cláusulas disque prohíbe a nuestro país inventar, fabricar o
producir maquinaria pesada y prácticamente cualquier cosa durante 20 años, para
“compensar” los daños causados a Estados Unidos durante la Revolución Mexicana,
malobrado lector.
Y mire que es una constante del presidente de México, el de ser “candil
de la calle y oscuridad en su casa”. Mandar reprimir a periodistas y medios de
información libres, hostigar a opositores, incluso mandar matar a estudiantes,
con tal de que el socialismo, “el peligro para México” quede anulado. Siempre
con el apoyo y beneplácito de los vecinos del norte. Si, ya sabe usted a quien
me refiero, a Gustavo Díaz Ordaz, quien para cubrir las apariencias y “ante el
temor generado por la “Crisis de los Misiles” propone el Tratado de Tlatelolco hace 41 años. La preparación del texto fue
encomendada a la Comisión Preparatoria para la Desnuclearización de América
Latina (COPREDAL), con lo que deja afuera al país y sociedad más armados de globo
terráqueo: EU. El Tratado que firman 33 países latinoamericanos, entró en
vigencia el 25 de abril de 1969, siete meses después de la “Matanza deTlatelolco”, malagueño lector.
El presidente de México que pierde las elecciones, hace fraude y gana la
presidencia, tiene que buscar legitimarse a toda costa. Utiliza a las fuerzas
armadas para sostenerse en el poder y es capaz de vender al país entero para
pagar facturas por el apoyo político que le ofrecen los vendepatrias. Perverso
de mal gusto (como si hubiera perversos de buen gusto) pasa por encima de quien
sea, incluso de su propio partido, para conseguir el poder. Se dice que su
programa de gobierno atraerá inversiones y muchos, pero muchos empleos. Es
seguro que ya para estas alturas, usted sabe a quién me refiero. ¡Le atinó! A
Carlos Salinas de Gortari, más conocido en el bajo mundo como “el innombrable”. Ese señor que se
parecía mucho al comediante de las películas mudas que algunas veces salía con
el Gordo y el Flaco. ¡Ese mero! El mismo que nos endilgó el Tratado de Libre Comercio para América delNorte (TLCAN para los cuates), y que perversamente se ha ido metiendo, poco
a poco, sangrando muy lentamente a los mexicanos, malsonante
lector.
Y qué decir del panista quien por conseguir el reconocimiento de los
vecinos del norte para avalar sus tranzas y las de su familia y cubrir su mal
gobierno, negoció con los gobiernos de Estados Unidos y Canadá el “Segurity and Prosperity Partnership of
North America” (ASPAN) con la sustitución de las monedas de los tres países
por el “Amero”, obedeciendo dócilmente a Bush. Algo del que nadie o casi nadie
habla abiertamente en ninguna de las tres naciones. Me refiero a Fox, quien
pactó dicho acuerdo a mediados del 2005, poco después del famoso “comes y te
vas”, malrecordado lector.
La verdad es que los mexicanos hemos sido maltratados con tratados muy
malos. Desventajosos para la mayoría de los habitantes de este pródigo país. No
hay un solo tratado en toda la historia de México que haya beneficiado a la
mayoría de los mexicanos (si sabe de uno, me avisa, plis). Al contrario. Y ya
sabemos que el “hijo desobediente” ha
negociado lo que queda de PEMEX, la energía eléctrica, las costas, los puertos
y casi todas las comunicaciones y los transportes, incluyendo medios de
comunicación masivos dentro de un paquete heredado llamado Acuerdo de Acción sobre laAlianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte, o sea el ASPAN corregido y aumentado. En pocas
palabras, todo lo que los tratados de los presidentes de México anteriores le
dejaron. Por lo pronto, ya comenzó a quitar garantías individuales entre otras
cosas. Y ahora si me estoy refiriendo (en estos momentos me pongo muy
respetuosamente de pie) a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, quien hará todo lo
que le digan y ordenen para legitimarse, o al menos, para mantenerse en el
poder, malcriado lector.
En fin… y por el aguante de haber leído hasta aquí y para que no diga
que puras cosas malas le platico, le adjunto los textos de los Tratados de
Guadalupe Hidalgo y de Bucareli. De nada, malapreciado lector.