Atenas, Grecia, 8 de noviembre del 2012.- Los diputados griegos adoptaron el miércoles a última hora de la noche por
corta mayoría el nuevo plan de austeridad reclamado por la UE y el FMI para
seguir dando asistencia financiera a Atenas, pese a las protestas de más de
70.000 manifestantes frente al Parlamento.
De los 299 diputados
presentes, un total de 153 conservadores y socialistas de la coalición
tripartita de gobierno dieron el visto bueno a las medidas, que prevén
economizar más de 18.000 millones de aquí a 2016.
Seis diputados
socialistas y un parlamentario conservador votaron en contra, y fueron de
inmediato excluidos de sus grupos parlamentarios.
Quince diputados del
pequeño partido de la izquierda moderada se abstuvieron, tal y como lo
anunciaron, y el 16º votó en contra.
Toda la oposición, 128
diputados de los 299 presentes, votaron en contra.
"Hemos dado un paso
determinante y optimista hacia la recuperación", declaró el primer
ministro conservador Antonis Samaras al salir de la cámara, previendo que la
votación del presupuesto 2013, programada el domingo, "se llevará a cabo
sin problemas".
La aprobación del texto
era un condición sine qua non impuesta por la UE y por el FMI para reanudar la
entrega de ayuda financiera a Grecia, que sin ella podría encontrarse en
cesación de pagos a finales de mes.
Los ministros de Finanzas
de la zona euro deben reunirse el 12 de noviembre para examinar el caso griego
y eventualmente decidir girar un tramo vital de préstamos de 31.200 millones de
euros congelados desde junio.
Convocados por los
principales sindicatos y por la oposición de izquierda radical y comunista, más
de 70.000 manifestantes según la policía, algo más según los medios, se
reunieron a finales de la tarde ante el Parlamento para protestar contra este
nuevo plan de ajuste.
La concentración fue
dispersada por la policía.
Los diputados griegos
votaron presionados por los manifestantes. La tensión se sintió tanto fuera de
la cámara, cuando un grupo de unos 300 encapuchados dispararon proyectiles y
lanzaron cócteles molotov contra la policía, como dentro, cuando un incidente
de sesión interrumpió el duro debate.
El debate parlamentario
vivió un intermedio tragicómico cuando el ministro de Finanzas, Yannis
Sturnaras, anunció que los recortes previstos de los salarios de los altos
cargos concernían también a los empleados del Parlamento, tradicionales
favoritos del clientelismo local.
Estos últimos
reaccionaron declarándose en huelga, incitando al ministro a retirar la medida,
bajo los abucheos.
Más de tres horas antes
del inicio de la concentración ante el Parlamento, que reunió según la policía
a más de 70.000 manifestantes en la plaza Syntagma, se seguían registrando
durante la noche enfrentamientos sueltos entre algunos manifestantes y la
policía.
Justo delante del
edificio del Parlamento, en pleno centro de Atenas, se manifestaban la tarde de
este miércoles más de 70.000 personas, según estimaciones de la policía, para
concluir una huelga general de 48 horas contra las nuevas disposiciones.
Al cabo de dos horas de
concentración pacífica, bajo una lluvia que no paraba, grupos de manifestantes
encapuchados lanzaron proyectiles contra la policía, a lo que los agentes
respondieron con gases lacrimógenos.
"Abajo la política
de sumisión y humillación", proclamaba una de las pancartas.
"Eliminación de la deuda, resistencia a las medidas de la miseria",
rezaba otra.
"Temo que se
aprueben las medidas, pero debemos demostrar nuestra oposición", afirmaba
ante el Parlamento Costas Lahais, de 39 años, empleado de una empresa
farmacéutica.
Después de tres años de
austeridad y cinco de recesión, la población protesta contra un nuevo paquete
de rigor, el que votará este miércoles el Parlamento por el procedimiento de urgencia
para ahorrar 18.000 millones de euros de aquí a 2016.
Las medidas, contenidas
en un solo artículo de 400 páginas, prevén recortar los sueldos más altos del
funcionariado, desde el jefe del Estado Mayor del Ejército hasta los profesores
de universidad, pasando por policías, bomberos y hasta jueces, que este
miércoles tacharon la medida de "anticonstitucional" e
"ilegal". Los sueldos de los diputados, en cambio, se mantienen.
También se prevén un
aumento de la jubilación a 67 años, recortes en las pensiones de más de 1.000
euros mensuales, la partida de miles de funcionarios, una mayor desregulación
del mercado laboral, la apertura a la competencia de profesiones protegidas y
aumentos de impuestos sobre el gas y el tabaco.
La capital griega se vio
paralizada el miércoles, a causa de una huelga, aunque el metro volvió a
funcionar por la tarde para que los manifestantes pudieran movilizarse.
Los transportes marítimos
y aéreos estuvieron perturbados. El sector sanitario también se vio afectado,
con las farmacias cerradas y los hospitales funcionando a mínimos. También se
sintió el paro en algunos bancos, en la justicia y las administraciones
locales.
Fuente: AFP