Consultor. Analista Ignacio Iriarte instó a aprovechar el espacio argentino
Montevideo, Uruguay, 30 de septiembre del 2012.- Uruguay tiene más ventajas que debilidades para
continuar creciendo en la producción de carne bovina, sostiene el analista
argentino Ignacio Iriarte. El atraso cambiario opaca el crecimiento, pero
también lo sufren otros países productores.
La ganadería de carne se
organiza, responde a los estímulos de precios y crece para aprovechar las
oportunidades que le abren los mercados. La apertura del mercado coreano le
moja la oreja a los productores de carne y alimentan la esperanza de mirar al
futuro con mucho más optimismo del que tienen.
En los datos estadísticos,
ya se refleja el crecimiento. Según las cifras del Ministerio de Ganadería,
Agricultura y Pesca, el stock bovino crecerá este año alrededor de 2%,
reflejando lo que evidencian los indicadores de precios. Pero lo más importante
es que la máquina de producir terneros -el rodeo de cría- está intacto. La
prueba, en 2012 -según refleja la declaración jurada de Dicose- se producirán
300.000 terneros más, pasándose de 2.3 millones de cabezas a 2.6 millones.
Es que hace más de 14
meses el kilo de ternero vale 25% más que el kilo de novillo gordo y el kilo de
vaca gorda vale más dinero que el kilo de vaca preñada, como remarcaba en su
discurso de la Expo Prado el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca.
En este escenario, el
analista argentino Ignacio Iriarte, director de Informe Ganadero, sólo ve a
futuro un Uruguay creciendo en la producción de carne bovina. "Me da la
impresión de que Uruguay va a crecer muy moderadamente en su producción de
carnes de aquí en más. No estamos ante la presencia de ningún cambio explosivo
en la producción de carne en los próximos años, pero con el volumen que tiene
Uruguay en un mercado internacional creciente, con precios al alza, no tiene
ningún inconveniente, porque puede flexibilizar sus exportaciones y mandar la
carne a los mercados que mejor pagan", analizó el experto en diálogo con
El País.
FORTALEZAS
. Iriarte aseguró que
Uruguay tiene fortalezas y debilidades. Entre las fortalezas dijo ver una
industria frigorífica moderna y bien desarrollada pero concentrada. "La concentración
es un problema en todas partes del mundo, porque permite la manipulación de los
mercados e incide en la formación de precios. Sin embargo, esa concentración
está absolutamente compensada con el nivel de ociosidad que tiene hoy el sector
con relación a la faena. Está preparado para faenar más de 3 millones de
cabezas y se faenan poco más de 2 millones". Otro punto fuerte de las
carnes uruguayas es la gran cantidad de mercados abiertos a los que vender.
"Quizás ahora la apertura de Corea del Sur no tenga una gran incidencia en
volumen, pero esos mercados siempre mejoran el precio de algún corte y mejoran
la cuenta final", dijo el analista.
La producción de carne
con razas británicas, es otra ventaja para aprovechar el espacio que está
dejando Argentina en mercados de alta calidad como la Unión Europea.
"Argentina está dejando un espacio en la producción de cortes de alta
calidad en la Unión Europea y ese espacio viene siendo aprovechado por
Uruguay". Por otro lado, no está cumpliendo con su cupo Hilton. "Ese
no es un tema neutral en los precios que recibe Uruguay. Argentina produce poco
volumen y eso hace subir los precios; Uruguay lo capitaliza en sus
exportaciones", aseguró Iriarte.
El experto argentino
sostiene que otra gran fortaleza uruguaya es contar con un mercado adicional de
200.000 toneladas de carne bovina como lo es el mercado interno (abasto).
"Hace 6 o 7 años el consumidor local comía 47 kilos de carne bovina, hoy
está en casi 61 kilos por cabeza al año". Hoy, este segmento es tan o más
importante que la exportación y el consumidor paga valores altos.
Como debilidades destacó
que "Uruguay no termina de sacarle provecho a su posición de proveedor de
cortes de gran calidad y de carne natural sabrosa. El país conserva un
porcentaje muy importante de praderas y Argentina ya tiene un porcentaje
abrumador de carne de feed lot. Debería aprovechar más esta situación".
Para Iriarte el otro
punto flojo es que los productores no manejan el tipo de cambio y todo lo bueno
que se puede hacer en cuanto a exportaciones lo puede arruinar el tipo de
cambio, cuando llega el momento de ver cuál es el valor. "El precio FOB de
la tonelada de carne bovina uruguaya era en 2005 alrededor de US$ 1.600 y 7
años después está casi en US$ 4.000. Tuvo un aumento extraordinario en el
precio FOB, pero gran parte de ese aumento se lo lleva el atraso en el tipo de
cambio".
Fuente: El País