El 20% de las
ventas provienen de España
Madrid, España,
22 de octubre del 2012.- Las autoridades de Estados
Unidos estudian poner en marcha medidas para frenar la importación de aceite de
oliva que supondrían un duro golpe para el sector en España. El mercado
norteamericano constituye uno de los más importantes para los productores
españoles: la demanda de la primera economía del mundo asciende en la
actualidad a 270.000 toneladas, de las que 52.000 (cerca del 20%) son
oficialmente españolas.
Las medidas que baraja la Administración
estadounidense pretender impulsar la producción del país, que apenas asciende a
10.000 toneladas. A iniciativa de la Cámara de Representantes, la Comisión de
Comercio Internacional inició la semana pasada una investigación para analizar
las condiciones de competencia que tiene la producción de aceite en Estados
Unidos y las principales industrias extranjeras que comercializaron sus
productos en ese país entre los años 2008 y 2012. En estos trabajos, que
estarán terminados en los próximos meses, se analizarán las producciones
mundiales de aceite de oliva, consumo y sobre todo los costes de producción,
las ayudas al sector en cada país, la evolución de las importaciones y las
exportaciones, así como las normas internacionales que regulan el comercio.
En medios exportadores españoles se teme
que estos trabajos tengan como principal objetivo la adopción de medidas
restrictivas a las importaciones de oliva desde los países comunitarios, a los
que acusan de tener un elevado nivel de competitividad vía subvenciones. En la
actualidad, el aceite de oliva cuenta en la UE de una ayuda directa a la
producción que se halla incluida en la llamada caja verde o apoyos que no
afectan las reglas del mercado a efectos de las exigencias de la Organización
Mundial de Comercio (OMC).
Estos trabajos de las autoridades
norteamericanas se suman al debate de una nueva disposición, la Marketing
Order, por la que se pretende establecer una serie de medidas en las fronteras,
no arancelarias, para desanimar la exportación hacia ese país. Entre otras
actuaciones, se contempla la exigencia de analizar el 100% de los lotes de
aceite que se importan frente al control tradicionalmente del 5%. Esa decisión
supondría un coste de unos 7.000 dólares por contenedor, además de implicar una
serie de riesgos para la calidad del aceite por el tiempo que la mercancía
tuviera que estar en puerto para desarrollar ese proceso en condiciones no adecuadas
para su conservación.
Igualmente, las autoridades norteamericanas
pretenden establecer nuevos sistemas de análisis para determinar la calidad del
producto en función de sus aceites, métodos que han sido rechazados por el
Consejo Oleícola Internacional
Fuente: El País