El país sudamericano pierde aceleración por el menor apetito de Pekín a sus
materias primas; México aventaja en competitividad y, aunque lento, crece firme
de la mano de la demanda de EU.
México, DF, 22 de septiembre del 2012.- México comienza a desplazar a Brasil como el rey de los mercados
latinoamericanos por la misma razón que había quedado relegado a un segundo
plano en la región: China.
Mientras la economía
mexicana gana competitividad y crece lento, pero firme de la mano de la demanda
de Estados Unidos (donde empieza a robarle mercado a China), Brasil se
desacelera por un menor apetito de Pekín por las materias primas.
Por eso los inversores
extranjeros de cartera continúan aumentando su exposición a México y reduciendo
sus apuestas por Brasil, que es vulnerable al riesgo de una eventual caída más
profunda en el ritmo económico chino.
En los primeros siete
meses del año, la Bolsa de Sao Paulo recibió un flujo neto de inversión externa
de 2,900 millones de dólares, que fue superado por los 3,400 millones que
entraron al mercado mexicano, según los bancos centrales de ambos países.
El año pasado, el balance
había sido muy distinto: Brasil había captado 7,100 millones de dólares,
mientras que México debió absorber la salida de 6,200 millones. Y en el 2010,
el mercado accionario paulista había seducido la friolera de 37,700 millones
frente a los modestos 640 millones de su par mexicano.
"El inversionista
extranjero, que no tiene corazón y no tiene emoción, (...) siempre va donde
esté la mejor oportunidad económica y de repente Brasil ya no parece ser la
mejor oportunidad", dice Luis Maizel, quien supervisa los 7,000 millones
de dólares invertidos por fondos de LM Capital Management.
Desde que China se sumó a
la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 2001, Brasil disparó su
crecimiento montado en lo que parecía una insaciable demanda de la potencia
asiática por sus materias primas, mientras las industrias mexicanas luchaban en
Estados Unidos contra los productos baratos chinos.
Con un nuevo Gobierno que
promete reformas para acelerar el crecimiento, México espera consolidar una
tendencia favorable en momentos en que el bajón de Brasil coincide con la menor
tasa de expansión de la segunda economía del mundo.
"El péndulo ha
oscilado de vuelta a favor de México. Había oscilado demasiado en la dirección
opuesta", indica Claudio Brocado, administrador de fondos de Batterymarch
Financial Management, quien ayuda a supervisar 5,900 millones de dólares
invertidos en acciones de países emergentes.
Muchos esperan que la
mayor economía latinoamericana se recupere en los próximos trimestres por el
arsenal de medidas del Gobierno para reavivar el crecimiento y por la ola de
inversiones en infraestructura para la Copa Mundial de Futbol de 2014 y los
Juegos Olímpicos de 2016.
Datos de EPFR Global, que
monitorea la actividad de los fondos de inversión, mostraron que la semana
pasada Brasil tuvo el mayor flujo entrante para acciones en tres meses, tras la
aprobación en China de un plan de infraestructura de 150,000 millones de
dólares para reactivar su actividad.
Saliendo de la sombra
Brasil creció a tasas que
casi duplicaron las de México en la última década hasta ganarle el lugar como
la mayor economía latinoamericana en 2005, convirtiéndose en el país consentido
de los mercados.
Pero México empieza a
brillar, y no solo por las nubes en Brasil. Mientras la economía se encamina a
expandirse más que la brasileña por segundo año consecutivo (algo que no
ocurría desde 1999) la competitividad de sus industrias crece.
La brecha en costos
laborales frente a China cayó al 7% en 2011 desde el 238% de 2002, según la
agencia Moody's. Y los lazos de México con Estados Unidos, que sale de la
crisis mejor parado que otros países desarrollados, lo perfilan como una opción
menos vulnerable a la tormenta global.
Por eso los productos
mexicanos están recuperando espacio en las estanterías estadounidenses. La
participación de mercado había caído a 9.5% en 2005 a manos de China, pero se
ubicaba en 13% a principios de este año.
Barclays asegura que
además de la proximidad con Estados Unidos, México tiene la ventaja de una
creciente especialización en sectores de mucho valor agregado, como el
automotriz y el de equipo de telecomunicaciones, lo que ha ayudado a las
ensambladoras a recuperar terreno frente a China.
Productos grandes pueden
tardar entre cuatro y cinco semanas en llegar a Estados Unidos desde China.
Pero la canadiense
Bombardier, por ejemplo, puede mandar por camión un Learjet 85 casi terminado
desde su planta en Querétaro para ser ensamblado en Kansas en sólo dos días,
según el director de calidad de la filial mexicana, Norman Thompson.
Desfavorable exposición
El crecimiento de China
de más del 7% anual aún le saca cuerpos de ventaja a Estados Unidos y a México,
pero se redujo a casi la mitad desde la crisis y probablemente siga en esos
niveles porque Pekín busca una tasa de expansión menos explosiva, aunque más
sostenible.
China recortó su demanda
de productos primarios. Los envíos de mineral de hierro y petróleo brasileños a
su socio asiático, dos de los principales productos que le vende, cayeron 21% y
13% respectivamente en lo que va del año, frente al mismo lapso del 2011.
"Los flujos ahora
están siendo impulsados por la percepción de que el vagón de Brasil está muy
sujeto a China, que está desacelerándose y cambiando su orientación de una
manera que reduce su intensidad en materias primas y energía", manifiesta
Frances Hudson, estratega de Standard Life, que tiene unos 260,000 millones de
dólares en activos invertidos por el mundo.
La estrategia de la
presidenta brasileña, Dilma Rousseff, apunta en parte a reforzar el consumo
doméstico con exenciones impositivas y una agresiva política de reducción de
las tasas de interés para avivar el crédito.
Pero desde el punto de
vista del inversor financiero, la composición del principal índice accionario
de Brasil, el Bovespa, no ayuda. Cerca del 40% ligado a empresas que producen
materias primas.
En México, en cambio, dos
tercios del índice accionario líder, el IPC, está compuesto por papeles
vinculados al consumo, como telecomunicaciones, minoristas y bebidas.
Para Claudio Brocado,
administrador de fondos en BatteryMarch Financial Management, eso explica en
parte por qué el índice IPC ha subido casi 9% este año y se encamina a un nivel
récord frente al 7% de ganancia del Bovespa.
"El índice en México
es más defensivo. La composición del índice ha favorecido a México en cuanto a
desempeño relativo", sostuvo.
Con lo anterior, aludió a
las acciones que entregan un dividendo de manera constante y reportan ganancias
estables.
Los fondos con el foco de
inversión en Brasil tuvieron un retorno promedio del 6.74% en los primeros ocho
meses del año, frente a un promedio del 8.17% de los enfocados en México, de
acuerdo con datos de Lipper, una empresa de Thomson Reuters.
México muy caro
Brasil todavía representa
dos tercios de los 4,700 millones de dólares del fondo latinoamericano que
maneja William Landers para BlackRock, pero en los últimos tiempos incrementó
su exposición a acciones más vinculadas al consumo en lugar de las que pueden
ser afectadas por China.
Landers apunta que la
desaceleración china tiene mucho peso en el mercado brasileño, en gran parte
por la minera Vale, el mayor exportador de mineral de hierro del mundo.
El precio de las acciones
de la brasileña Vale ha caído al ritmo de los precios chinos del metal.
En México, BlackRock
escogió apostar a la empresa de bebidas Femsa, propietaria de las tiendas de
conveniencia Oxxo, y la gigante de la telefonía celular América Móvil, que se
benefician indirectamente de los lazos mexicanos con Estados Unidos.
Pero el auge en las
acciones mexicanas las ha dejado con valuaciones caras frente a sus pares
brasileños. El índice compuesto MSCI México cotizaba el viernes a un ratio
precio/ganancias de 16.5 veces, frente a las 10.4 veces del MSCI Brasil.
Para la administradora de
fondos Audry Kaplan de Federated Investors, que maneja un fondo de renta
variable de 500 millones de dólares, las acciones brasileñas son una buena
compra a la luz de los pronósticos promedio de ganancias de entre el 18% y el
20% para el próximo año.
"Eso te da una buena
oportunidad para entrar cuando el mercado está más bajo", agrega.
Una de las cosas de
Brasil que incomoda a los inversores de cartera son los controles al capital
especulativo impuestos por el Gobierno para frenar la apreciación de la moneda
local, como el impuesto a las transacciones financieras IOF.
"Si pudiéramos
acceder a los mercados brasileños, y nuestros colegas también, creo que habría
más dinero fluyendo a Brasil, porque las tasas son endemoniadamente atractivas.
Hay una gran bandera a cuadros (en México) diciendo 'vengan', mientras que en
Brasil hay una señal de alto", afirma Edwin Gutiérrez, administrador de
fondos en Aberdeen Asset Management.
Fuente: CNN Expansión