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lunes, 24 de septiembre de 2012

Arce: Cosep debe ayudarnos contra evasión



Asesor Presidencial le pide a comerciantes que denuncien ante la Aduana: hasta les dan un premio”.
Managua, Nicaragua, 23 de septiembre del 2012.- El asesor presidencial para temas económicos Bayardo Arce. Diana Ulloa/Confidencial. Foto: El asesor presidencial para temas económicos Bayardo Arce. Diana Ulloa/Confidencial.

Aunque las autoridades siguen sin brindar una respuesta para investigar las denuncias de un presunto esquema de favoritismo dentro de la Dirección General de Servicios Aduaneros (DGA), para otorgar ventajas a un cartel de granes importadores, nuevos documentos y testimonios recabados por Confidencial confirman la existencia y funcionamiento de esa red.
Se trata de ex empleados de la Aduana y actuales trabajadores de empresas dedicadas al negocio aduanero, algunos de los cuales aseguran haber conocido de ese entramado ilícito, hace 8 años en un caso, hace cinco y hace dos años, en otros casos.
Al consultar con el ministro de Hacienda, Iván Acosta, éste derivó la respuesta hacia el tema de la concertación tributaria, la que, dijo, “tiene dos elementos centrales que queremos concertar con la sociedad, y uno de ellos es la evasión”.
Al preguntarle si esa entidad estaba tratando de averiguar cómo funciona ese esquema que propicia la evasión millonaria de impuestos, Acosta aseguró que “el Ministerio de Hacienda no tiene facultad ni competencias para investigar”, a pesar que bastaría con poner la denuncia ante la Policía Económica para que ésta investigara.
De todos modos, parece poco probable que se haga algo al respecto, si se considera que “no se ha abordado el tema en el gabinete económico”, si bien la esperanza es que “de seguro que saldrá en la concertación tributaria”.
Aunque el asesor presidencial para temas económicos Bayardo Arce fue más amplio en sus respuestas, al final el grado de compromiso expresado es tan etéreo como el que esbozara Acosta.
Arce dijo que “el primer muro que tenemos que saltar es el de las evasiones, y evidentemente, hay pequeños, medianos y grandes empresarios que evaden, y el COSEP tiene que ayudarnos a combatir la evasión”.
El asesor y empresario dijo que tratarían el problema del mercado Oriental, del mismo modo que todos los demás temas: “Tenemos que revisar que las cosas caminen. Eso lo tiene que hacer la Aduana. Nosotros hemos dicho que el cálculo de evasiones anda como en nueve mil millones de córdobas, y si ahí hay como mil millones, estaríamos hablando como del 10%”, calculó.
Admitió que “uno de los problemas del Estado es su capacidad de fiscalización, y es una de las áreas que queremos reforzar en la reforma tributaria”.
Sobre la existencia de la red en el sistema de aduanas del país, respondió que “eso lo han dicho los periódicos, pero yo no puedo asumir como cierto que exista una mafia que controla la importación en el Oriental. Desgraciadamente, el comerciante que lo denuncia lo hace de forma anónima, pero debería denunciarlo en la Aduana, porque ¡hasta les dan un premio!”.
Monstruosa evasión anual
Nadie sabe con certeza de qué tamaño es el hoyo fiscal que produce la red de preferencias que han creado grandes importadores del mercado Oriental, en contubernio con algunos funcionarios de la aduana, pero las cifras que ofrecen quienes han sido parte de esa telaraña en el pasado, hablan de enormes cantidades de dinero.
Basan sus cálculos en la cantidad de furgones que –suponen- entran al país amparados por esa red de protección, y las cantidades de dinero que pagan versus lo que deberían pagar, para suponer que las pérdidas pueden ir desde los U$67.2 millones (C$1,600 millones) hasta más de C$900 millones anuales que supone otra fuente más conservadora.
Los contrabandistas usan varios trucos, especialmente declarar menos mercadería de la que realmente traen, o sustituir aquella que saben que paga más impuestos, por otras que apenas sí están gravadas: es mejor declarar (y pagar impuestos por) una docena de brillo labial supuestamente comprada en U$0.10, que un refrigerador o una lavadora en U$200.
Pero la que más se repite, conforme lo demuestran los documentos en poder de Confidencial, es cómo reportan la compra de productos caros a precios realmente ridículos: blusas compradas a U$3 la docena; bombas para inflar llantas de bicicleta en U$0.20 la docena, o piscinas para niños en U$0.25 por unidad.
También radiograbadoras con CD en U$4.50 la unidad, zapatos para bebé a U$2 la docena, licuadoras, escritorios de madera, y muebles para TV en un dólar, sillas para oficina en U$1, o los consabidos televisores que pagan un dólar la pulgada.
“No es posible que un televisor de plasma marca Sony, o de cualquier marca, te cueste un dólar por pulgada”, asegura Joe Henry Thompson, asesor legal de la Cámara Aduanera de Nicaragua (CADAEN).
“Es verdad que la evolución de la tecnología hace que bajen los precios, pero la rebaja no es abismal. No es posible que un TV plasma sin marca cueste U$20 y el de marca 200 a 300 dólares. No puede valer menos de un 20% a 30% de la marca top. Esa diferencia no existe, y es parte de lo que tenemos que revisar”, reclama.
El experto explica que algo similar ocurre con otros electrodomésticos menores como licuadoras y microondas. “Ese es otro mercado que subvalúa, que desmejora el ingreso tributario vía importaciones, y representa una competencia desleal para el comerciante que trae un producto similar, y paga todos los impuestos calculados con los valores correctos”.
Thompson recordó que en las observaciones del COSEP ante la propuesta de reforma tributaria, se señala que “no podemos hablar de una concertación tributaria que no persiga la defraudación aduanera, el contrabando y la evasión fiscal”.
Fuente: Confidencial
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