Washington, EU,
21 de octubre del 2012.- El presidente Barack Obama
no lo ha mencionado; tampoco su rival republicano Mitt Romney. Empero, el 2 de
enero, 163 millones de estadounidenses verán que pagan más impuestos sin
importar quién gane los comicios de noviembre.
Una reducción temporal del impuesto de la
Seguridad Social expirará a fines de este año y son muy pocos los políticos en
Washington que estén a favor de prolongarla. Ni Obama ni Romney han propuesto
prolongarla, y en cualquier caso no será debatida en el Congreso este año, ya que
los legisladores de ambos partidos se muestran reacios a la idea.
Incluso los republicanos renuentes a
cualquier aumento de los impuestos se sienten poco inclinados a prolongar una
exención fiscal que podría costar al trabajador medio unos 1.000 dólares al
año, y a una familia en la que trabajen ambos esposos unos 4.500 dólares.
¿Por qué hay tanto político decepcionado
con la posibilidad de prolongar la exención fiscal?
Los republicanos pusieron en duda si
reducir los impuestos hace dos años ha contribuido al repunte económico. Los
políticos de ambos partidos dicen que temen que ponga en peligro la
financiación de la Seguridad Social.
Los respaldan grupos de presión como la
asociación de jubilados AARP, que se opone rotundamente a una extensión.
"La exención fiscal tenía como fin su
temporalidad y hay un sólido respaldo partidista para que expiren", dijo
el senador republicano Orrin Huch de la Comisión Financiera del Senado.
"La prolongación de una exención fiscal temporal tiene serias consecuencias
a largo plazo para la Seguridad Social, y francamente no está claro que haya
ayudado a apuntalar la debilitada economía".
Las exenciones fiscales aprobadas primero
por el presidente George W. Bush, que expirará a fines de este año.
La Seguridad Social es financiada por un
impuesto del 12,4% en salarios de hasta 110.100 dólares, un umbral que subirá a
113.700 en el 2013. La mitad es pagada por las empresas y el resto por los
trabajadores. En el 2012, el Congreso y Obama redujeron la proporción pagada
por los trabajadores del 6,2% al 4,2%.
Fuente: AP