Washington, EU, 1 de septiembre del 2012.- Los datos más recientes del crecimiento de
Estados Unidos dejan a cualquiera desconcertado, pues los números esbozan una
imagen a veces contradictorias de la economía:
Los consumidores tienen
más confianza, pero no quieren gastar mucho. Menos personas están perdiendo sus
trabajos, pero no hay muchos contratados. Los precios de las viviendas y las
acciones han repuntado, pero el salario de los trabajadores está abajo de la
inflación. Las ventas de automóviles han subido, pero la producción industrial
es vacilante.
Así es como parece lucir
una economía atrapada en un crecimiento lento, algo que ha sido uno de los
puntos focales de la actual campaña presidencial. La economía de Estados Unidos
creció apenas a una tasa de 1,3% anual en el trimestre abril-junio, demasiado
débil como para reducir el desempleo. La mayoría de los economistas prevén poca
o ninguna mejora en lo que falta del año.
Muchos estadounidenses
están reduciendo sus deudas en lugar de gastar libremente. Los constructores
piden menos dinero prestado y han erigido viviendas a un ritmo moderado. Las
empresas están siendo cautelosas a la hora de contratar y crecer.
A largo plazo, la
reducción de deudas y el aumento en los precios de la vivienda y de las acciones
ayudarán a reconstruir la riqueza familiar, impulsar el gasto del consumidor y
estimular el crecimiento del empleo, pero está tomando tiempo.
"El panorama de
Estados Unidos podría describirse mejor como una debilidad de corto plazo y una
fortaleza de largo plazo", dijo Chris Jones, economista de TD Bank.
Después de hundirse con
el estallido de la burbuja inmobiliaria, los precios de la vivienda finalmente
están en aumento constante, de acuerdo con el índice Standard &
Poor/Case-Shiller. El índice subió en julio en comparación con el mismo mes del
año anterior. Fue la segunda ganancia consecutiva mensual frente al mismo
periodo del año previo. Sin embargo, el ritmo anual de venta de casas nuevas
cayó en agosto, luego de alcanzar un máximo de dos años en julio. Al mismo
tiempo, las ventas subieron casi 28% por encima del nivel del año anterior.
La buena noticia: Para la
mayoría de los estadounidenses, una casa es su activo más valioso. A medida que
aumenta su valor, los dueños agrandan su patrimonio y por lo general se sienten
más seguros. Eso tiende a provocar más gasto de los consumidores, que es el
motor principal de la economía de Estados Unidos. El aumento de precios también
hace que más personas vendan sus casas, con lo que inyecta dinamismo al mercado
inmobiliario. El aumento de ventas probablemente estimule la construcción de
más viviendas.
La mala noticia: La
construcción de vivienda juega ahora un papel muy pequeño en la economía como
para darle mucha energía. Apenas representó el 2,4% de la economía en el
trimestre abril-junio. Eso se compara con un pico de 6,3% a finales de 2005 y
un promedio de casi un 5% a más largo plazo. "La vivienda, por lo tanto,
tendría que avanzar con mucho vigor para darle un impulso fuerte al
crecimiento", dijo Paul Dales, economista de Capital Economics, en una
nota a clientes.
Fuente: AP