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martes, 30 de octubre de 2012

¿Carne de comercio justo?



Defensores de los animales quieren desarrollar, en cooperación con cadenas de supermercados, una etiqueta que garantice el bienestar de los animales, pero también precios justos.
Valencia, España, 30 de octubre del 2012.- Los bioproductos están de moda, pero su mercado es pequeño. La carne biológica sólo representa el 1% del volumen de negocios. Además, no todo lo que tiene una etiqueta de biológico garantiza que proviene de animales criados en condiciones éticas. Una situación que mejoraría con la introducción de la etiqueta “Por más defensa de los animales”, a partir de enero de 2013.
Para poder obtener la categoría de introducción, los animales deben vivir en criaderos que cumplan las normas de la ley alemana de protección de los animales. De acuerdo a dicha norma, los animales deben tener “más espacio, más movimiento y más ocupación“, explica a DW Thomas Schröder, presidente la Federación alemana de Defensa de los Animales.
La estrechez genera agresividad
Según Schröder, “12 aves deberán compartirse un metro cuadrado”. Así, los animales tendrán más luz y una baranda a la cual subirse de acuerdo a la jerarquía que reina entre pollos y gallinas. “Esto reduce la agresividad y evita que se les tenga que cortar el pico”, agrega Schröder. Los empresarios del engorde que quieran obtener la categoría superior deberán ofrecerles a los animales aún mejores condiciones de vida.
Criadero de gallinas ponedoras en Pless, Memmingen, en el sur de Alemania. Criadero de gallinas ponedoras en Pless, Memmingen, en el sur de Alemania.
La idea ha sido bien recibida por las industrias avícola y porcina que ya postularon 47 criaderos para la nueva etiqueta. La meta es mejorar las condiciones de 5 millones de aves y 20.000 cerdos por año. Suena mucho, pero, según Helmut Born, de la Asociación alemana de Campesinos, “en Alemania se producen 1,2 millones de cerdos por semana”. Por lo que aún se necesitan muchos más esfuerzos.
La carne barata le sale cara a los animales
Uno de los problemas en la implementación de la introducción de garantías para animales de consumo doméstico es, para Thomas Schröder, “la globalización” y la falta de ética del consumidor a la hora de decidirse por la compra de carne más barata, así no sea certificada.
Para Schröder, el actual sistema le impide a los pequeños y medianos empresarios avícolas y porcinos obtener ganancias que fomenten el mantenimiento digno de los animales y pone el ejemplo de los avicultores que tienen que mantener, por lo menos, 37.000 aves en el corral, o sea 700.000 por año. Teniendo en cuenta que cada ave deberá ser alimentada y mantenida entre 30 y 35 días las ganancias son mínimas. Peor aún, un porcicultor gana por cada cerdo engordado solo entre 6 y 8 euros.
La idea es que los consumidores que quieran comer carne, sean concientes de que lo bueno cuesta más. Y si los campesinos ganan, ganan los animales, que pueden ser criados en mejores condiciones que, luego, se reflejarán en un mejor alimento para el consumidor. La cadena de la protección de los animales empieza en la caja del supermercado o la carnicería del barrio.
Fuente: DW
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