Fráncfort,
Alemania, 16 de septiembre del 2012.- La
vulnerabilidad de las economías de América Latina a impactos financieros
exteriores ha aumentado recientemente ya que los fundamentos macroeconómicos se
han debilitado desde 2007.
Así lo destaca el Banco de Pagos
Internacionales (BPI) en su último informe trimestral de septiembre, publicado
hoy, en el que analiza la situación económica y financiera mundial desde
mediados de junio hasta mediados de septiembre.
El BPI reconoce que "la reciente
crisis financiera afectó al crecimiento del crédito en América Latina en menor
medida que crisis anteriores".
Ahora, los mercados de capital
internacionales han mostrado, una vez más, señales de más tensión por los
acontecimientos en la zona del euro.
"Los actuales datos indican que los
fundamentos macroeconómicos en Latinoamérica, aunque todavía son fuertes, se
han debilitado desde 2007", según el BPI, cuya sede central está en la
ciudad suiza de Basilea.
Es especialmente preocupante el deterioro
fiscal y en la balanza de pagos por cuenta corriente.
El BPI considera que los gobiernos en
Latinoamérica "podrían ayudar a reducir la vulnerabilidad fortaleciendo
sus balances fiscales e implementando reformas que mejoren la competitividad de
sus sectores no relacionados con las materias primas".
"Estos esfuerzos producirían una gran
ganancia en términos de estabilidad financiera y económica si se materializa
otro impacto severo externo en un futuro a medio plazo cercano", según el
BPI.
La crisis financiera global de los años
2007-2009 transtornó la provisión de crédito en Latinoamérica menos que en
crisis anteriores.
"Algunas condiciones macroeconómicas
claves contribuyeron a la mayor resistencia del crédito real en América Latina
durante este episodio", recuerda el BPI.
Los países en América Latina consolidaron
su fortaleza macroeconómica en los años anteriores a la crisis financiera
global.
Las economías latinoamericanas necesitaron
sólo una media de entre cuatro y seis trimestres para recuperar la mitad de la
caída del crédito entre 2007 y 2009, en comparación con la media de tres años
en la mayoría de los países después de 1997-98.
No se produjeron crisis bancarias
importantes en la región después de la financiera global de 2007-2009, en
comparación con las ocurridas Brasil y Argentina en 1999 y 2001
respectivamente.
A ello contribuyó sobre todo que los ratios
de deuda eran menores y una posición externa sólida, apostilló el BPI.
Las mejoras más importantes entre 1997 y
2007 fueron reducciones en los desajustes de divisas y en la financiación externa
a corto plazo.
Las balanzas de pago por cuenta corriente
pasaron de déficit a superávit o a tener déficit mucho menores en países como
Colombia y México.
Los ratios de deuda externa mejoraron
significativamente en la mayoría de los países con una drástica reducción en
Brasil, Colombia, México y Perú.
Con la excepción de Argentina, las
posiciones fiscales eran también significativamente más fuertes al comienzo de
la crisis de 2007-2009 que antes de las crisis asiática y rusa, por lo que los
gobiernos pudieron proporcionar estímulos fiscales mayores en el episodio más
reciente.
Sin embargo, añade el BPI, "en la
mayor parte de los casos los fundamentos macroeconómicos actuales se han
deteriorado respecto a los de 2007" ya que la deuda externa y los desajustes
de divisas han aumentado y los balances por cuenta corriente se han
deteriorado.
Sólo la posición de liquidez externa,
medida por la deuda externa a corto plazo como fracción de las reservas
internacionales brutas, ha mejorado porque las economías han acumulado
reservas.
Fuente: EFE