Por SIC el 16
de octubre de 2012
Formar adecuadamente a los laicos para
sostener a la familia y promover el diálogo ecuménico e interreligioso: son las
“herramientas” de la nueva evangelización, destacadas por el Sínodo de los
Obispos, en el Vaticano, durante la mañana del lunes 15 de octubre.
En el centro de los trabajos de la
Congregación matinal, la undécima, que tuvo lugar en presencia del Papa,
también hubo un llamamiento a la paz y el diálogo en Mali. El Sínodo está
preocupado por este país africano. Se han descrito las dificultades sociales,
políticas y eclesiásticas que está viviendo, los obstáculos relacionados con la
evangelización, en un contexto donde los combates entre los rebeldes y el
gobierno interino son una amenaza para la religión. Los prelados, por tanto,
han invocado la paz y reafirmaron la importancia del diálogo en Mali.
Pero además de las de África, son oscuras
también las páginas de Europa, donde la globalización crea nuevas formas de
martirio sin sangre, pero sufridas, en las cuales la intolerancia contra los
cristianos es sutil y continua. Dios no sólo se niega, sino que es un total
desconocido. Frente a esta realidad, la nueva evangelización basa su misión en
tres “instrumentos”, dice el Sínodo: los laicos, las familias, el diálogo
ecuménico e interreligioso.
Los laicos van debidamente formados de
manera adecuada, sólida, fuerte -incluso a través de los sínodos locales que
los involucran directamente – de modo que sean capaces de no ceder a las
tentaciones del mundo y den testimonio de los verdaderos valores, basados en el
no-conformismo de la fe.
Respecto al gran desafío de la familia,
iglesia doméstica y sujeto de evangelización, los padres sinodales dijeron que
es como una entidad que ha perdido el rumbo debido a la historia reciente de
Occidente. Hoy la cuestión de la familia aparece como el problema número uno de
la sociedad, subrayó la Asamblea sinodal, tanto que se da más importancia al
fútbol que al matrimonio. La Iglesia no puede permanecer en silencio, no porque
sea obsoleta o conservadora, sino porque está en juego la estabilidad misma de
la sociedad. Por eso los padres sinodales invitan a poner a la familia en el
centro de la política, la economía y la cultura, pero también con la esperanza
de que la Iglesia pueda convertirse en “familia de las familias».
Los Padres sinodales abordaron la cuestión
del diálogo, otra forma deseable para la nueva evangelización. Pero, desde el
punto de vista interreligioso, éste presenta dificultades con el Islam, en
países como Pakistán, donde existen las leyes contra la blasfemia, u Oriente
Medio, donde los cristianos son cada vez menos. ¿Qué hacer? El Sínodo apuesta
por los jóvenes musulmanes, cada vez más atraídos por el Evangelio en el que
encuentran alegría, libertad, y el amor. Relanzando el significado profundo de
la Buena Nueva, explican los obispos, se podrá evitar la confusión entre
secularización y cristianismo, tan común en el mundo musulmán.
Fuente: SIC